Venezuela: la oposición acuerda ir a las "elecciones" presidenciales con un diplomático de bajo perfil que logró pasar el filtro del chavismo

Tras semanas de intensas negociaciones, la oposición venezolana logró concretar un candidato presidencial apoyado por toda la Plataforma Unitaria Democrática (PUD): el exembajador Edmundo González Urratia.

La nominación fue confirmada ante la prensa por Omar Barboza, secretario general de la PUD.

“Venezuela y a los demócratas del mundo, quiero darles una muy buena noticia al pueblo de Venezuela, la Plataforma Unitaria Democrática por unanimidad acaba de aprobar la candidatura del embajador Edmundo González Urrutia como el candidato de unidad, apoyado por todos los factores”, afirmó Barboza.

González Urrutia, de 74 años, no acompañó a Barboza durante la declaración.

La elección de González llega antes del sábado, cuando vence el plazo para que un aspirante opositor figure en la boleta electoral. Ahora, la pelota está en el terreno del régimen de Nicolás Maduro y las autoridades electorales controladas por el chavismo, que deben decidir si inhabilitar al nuevo candidato opositor de turno o dejarlo participar en unas “elecciones” cuestionadas por la falta de garantías.

Hasta el momento, el chavismo ha sido reacio a aceptar un candidato opositor de cara a las presidenciales del 28 de julio. De hecho, las autoridades electorales inhabilitaron a María Corona Machado, la principal líder opositora del país; y a la que fue su candidata sustituta, la académica Corina Yoris, quien fue inhabilitada por el régimen a pesar de no tener historial político y mantener un perfil bajo.

En ese sentido, González Urratia es un caso similar a Yoris, pues se trata de un diplomático de bajo perfil que fue inscrito por la oposición ‘in extremis’ en marzo como una suerte de candidato suplente que en realidad estaba guardando el puesto para otra figura política.

Finalmente, ante la dificultad de encontrar un candidato potable dentro de la oposición que sustituya a Machado, la oposición logró acordar que la mejor opción era ir con un candidato de perfil bajo que esté alejado de la clase política y no le restará fuerza a Machado, quien encabeza a la oposición desde que se impuso en las primarias opositoras del 2023 con más del 90 % de los votos.

Daniel Chang, politólogo venezolano con residencia en Washington D.C., dijo a Voz Media que la opción de ir a las elecciones con González Urratia era un movimiento interesante y astuto por parte de la oposición.

“Es una movida inteligente de María Corina Machado y la PUD. Edmundo ya está inscrito en el CNE, el chavismo tiene que gastar capital político si quiere inhabilitarlo. La candidatura de Edmundo cuenta con muchas dificultades, la principal es el hecho que es un desconocido en la vida pública, pero es una movida astuta de la oposición”, afirmó Chang, quien además destacó que otro detalle positivo en torno a González es que su inexperiencia política genera más confianza con respecto a otros políticos opositores tradicionales como el gobernador Manuel Rosales, quien coqueteó con una candidatura hasta que decidió desistir.

El partido político que lidera Machado, Vente Venezuela, publicó un mensaje a propósito de la designación de Urratia:

“Hoy, por decisión unánime, las fuerzas democráticas representadas en la Plataforma Unitaria escogieron al embajador Edmundo González (@EdmundoGU) como el candidato de los venezolanos”, señaló el partido en su cuenta en X (Twitter). “Celebramos esta decisión y agradecemos a los venezolanos por la confianza”.

Vente Venezuela también avisó que su líder Machado “enviará un mensaje al país” en las próximas horas.

En los últimos meses, los integrantes de Vente Venezuela y la propia Machado han sufrido un intenso acoso y persecución por parte del régimen de Maduro.

De hecho, la dictadura chavista, sin ningún tipo de evidencia, orquestó varios procesos judiciales por “conspiración” contra los principales colaboradores de Machado.

El régimen de Maduro, además de atacar a Machado y a la oposición, también recrudeció la persecución contra periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos; una situación que comprometió a la Administración Biden y obligó a la Casa Blanca a reimponer las sanciones petroleras que había aliviado en octubre pasado a Venezuela.