De aliado de EEUU en la lucha contra las drogas a ser acusado de convertir a Honduras en un "narcoestado": el caso de Juan Orlando Hernández
Los fiscales federales de Nueva York comenzaron con los alegatos en contra del expresidente centroamericano, quien fue arrestado y extraditado a los Estados Unidos en 2022.
Las autoridades de Nueva York definirán la suerte de Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, acusado de ingresar cientos de miles kilos de cocaína a Estados Unidos y convertir a su país en un oasis para los narcotraficantes. De acuerdo con los fiscales, el exmandatario protegió incluso al propio Joaquín El Chapo Guzmán.
Hernández ejerció el cargo de presidente de Honduras entre el 2014 y 2022. Precisamente, el caso lo acusa de aprovechar su posición para proteger a numerosos narcotraficantes a cambio de montañas de dinero, que utilizaría posteriormente para financiar sus campañas y comprar voluntades.
Precisamente habría sido ese dinero el que impulsó la carrera de un joven congresista a convertirse en uno de los presidentes más jóvenes del país. Incluso fue visto en alguna ocasión como un gran aliado de los Estados Unidos para frenar la afluencia migratoria y combatir las drogas en Latinoamérica.
"Este es un caso de poder, de corrupción"
El exmandatario fue arrestado en su casa de Tegucigalpa en febrero del 2022, apenas tres meses después de dejar el cargo. Lo extraditaron a Estados Unidos en abril de ese mismo año para acusarlo de sus supuestos crímenes en suelo estadounidense.
Los fiscales federales de Nueva York pasaron años investigando a organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico en Honduras, con la esperanza de llegar a la persona que según sus fuentes estaba en la cima de la misma: el propio Hernández.
“Este es un caso sobre poder, sobre corrupción, sobre grandes cantidades de cocaína y sobre un hombre que estaba en el centro de todo ello”, señaló el fiscal David Robles mientras señalaba a Hernández, quien lució un traje gris oscuro durante el primer día del juicio.
Según el alegato de los fiscales, incluso El Chapo Guzmán, jefe del cartel de Sinaloa, viajó a Honduras para una reunión en la que acordó pagarle a Hernández 1 millón de dólares a cambio de protección. Luego del trato, el acusado habría proporcionado escoltas policiales y ayudado a que los aviones cargados de droga eviten a las fuerzas del orden.
A su vez, algunos exnarcotraficantes reconvertidos en testigo accedieron a declarar en contra del supuesto "jefe de la banda", lo que podría complicar aún más su caso.
Su hermano, Tony Hernández, un exdiputado en el Congreso hondureño, fue declarado culpable en 2019 de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y condenado a cadena perpetua. A su vez, la causa también acusa al expresidente de posesión de ametralladores y otros artefactos de destrucción, aunque negó todas las acusaciones.
El juicio, que se espera dure al menos dos semanas, comenzó en la tarde del miércoles en Manhattan, donde el expresidente fue acusado directamente de convertir a Honduras en un "narcoestado" durante unas dos décadas.
"Completa contradicción en los intereses de la política exterior de Estados Unidos"
Para Michael Shifter, expresidente de Diálogo Interamericano, un grupo de expertos con sede en Washington, el caso de Hernández resultará incómodo para algunos dirigentes de DC.
“Juan Orlando Hernández fue el ejemplo perfecto de esta completa contradicción en los intereses de la política exterior de Estados Unidos. Estados Unidos se quedó apoyando a un criminal”, declaró en diálogo con The Wall Street Journal.
Según Shifter, algunos funcionarios estadounidenses hicieron la vista gorda que la supuesta corrupción del mandatario a cambio de su cooperación para controlar la inmigración hondureña.
Incluso Donald Trump elogió a Hernández por su trabajo en 2019. "El presidente Hernández está trabajando muy de cerca con Estados Unidos. Sabes lo que está pasando en nuestra frontera sur. Y estamos ganando después de años y años de perder. Estamos deteniendo las drogas a un nivel que nunca antes había sucedido”, indicó el republicano cuando todavía era Comandante en Jefe.
De acuerdo con los documentos judiciales del caso, Hernández sugirió que podría testificar en defensa propia y justificar su trabajo con Estados Unidos.