Control de la población: China utiliza las apps covid para bloquear a la disidencia
La tecnología 'semáforo' se convierte en una herramienta para detener y aislar a cualquier ciudadano molesto para el régimen comunista.
El régimen comunista chino utiliza su tecnología en un principio destinada para controlar el covid para reforzar el control político sobre los disidentes y cualquier otra persona que considere problemática.
La base de este control es la conocida como aplicación del semáforo: una tecnología que asigna a los ciudadanos chinos tres colores -rojo, amarillo o verde- para determinar el riesgo de infección por covid. Si tienes el color verde, puedes moverte libremente. Pero si tu app se tiñe de rojo supone la cuarentena instantánea. La aplicación tiene acceso a la información privada sobre la salud y otros datos personales del usuario y supone en la práctica un amplio almacenamiento de los datos ciudadanos sobre comportamiento y localización en China.
En este video explican de forma esquemática su funcionamiento:
Las ciudades y las principales carreteras de accceso están repletas de lectores de códigos automatizados. Desde el aire, los drones que sobrevuelan el tráfico muestran un código QR que los conductores deben escanear para poder avanzar. La información es gestionada por lo que se describe como "oficinas locales de gestión de grandes datos".
Control de la población
Pero estos semáforos van mucho más allá del covid. En junio, cientos de inversores víctimas de una supuesta estafa financiera intentaron movilizarse para pedir explicaciones a un banco que había congelado su dinero. Cuando intentaron llegar a la sede del banco -situado enla provincia de Henan-, se activó el color rojo en sus aplicaciones covid. Los manifestantes fueron retenidos inmediatamente por la policía y conducidos a hoteles de cuarentena. Dieron negativo en las pruebas de covid pero de este modo la protesta se frustró antes de tan siquiera producirse.
No fue la primera vez que se utiliza la aplicación del semáforo para reprimir a los disidentes políticos. El año pasado Xie Yang, un abogado de derechos humanos, intentó viajar a Shanghai para visitar a la madre de un periodista encarcelado por el régimen chino. Su aplicación estaba en verde y en su ciudad no se registó ningún caso de covid. Sin embago, cuando llegó al aeropuerto su aplicación se puso en rojo y no pudo realizar su visita. "El partido comunista chino ha encontrado el mejor modelo para controlar a la gente", dijo poco después. En enero fue detenido acusado de incitar a la subversión.
Son algunos ejemplos de un control de la población que parece llegar para quedarse. El Partido Comunista Chino se mostró partidario de extender esta aplicación más allá de la 'era covid'. De momento, las autoridades chinas continúan ampliando sus instalaciones de cuarentena. Esta misma semana el régimen anunció una inversión de 221 millones de dólares para construir un centro de aislamiento en una isla cercana a Shangai. Contará con más de 3.000 habitaciones de aislamento. Un lugar ideal para hacer desaparecer a cualquier ciudadano molesto para el gobierno.