Elecciones en Guatemala: la presidencia se definirá en un balotaje en agosto
El candidato de Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo, fue la gran sorpresa al obtener el segundo lugar después de un desempeño pobre en las encuestas. Sandra Torres, de UNE, logró el primer puesto.
Sandra Torres y Bernardo Arévalo se enfrentaron por la presidencia de Guatemala. (Cordon Press / Wikimedia Commons)
Los guatemaltecos deberán volver a las urnas el próximo 20 de agosto. Bernardo Arévalo de León, de Movimiento Semilla, y Sandra Torres Casanova, de Presidencia por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), se enfrentarán en un balotaje tras ser los más votados en las elecciones del pasado fin de semana.
Así lo informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) al asegurar que la "tendencia era clara" cuando el 90% de las mesas estaban escrutadas. El periódico local Prensa Libre, que recogió estas declaraciones, puntualizó que el TSE no aclaró entonces quiénes irían a la segunda vuelta.
A las 6 am locales -97% de las mesas contabilizadas- el escrutinio dejaba en primer lugar a Torres. Con el 15,6%, su partido superaba por 3% al de Arévalo, que cosechaba el 11,8%. Lejos (con 7,8%) quedaba Vamos, la formación encabezada por Manuel Conde.
Ni este ni aquel
La abstención obtuvo mejores resultados que la candidata vencedora. Cerca del 17% de los más de 5 millones de votantes decantó por esta opción.
Días antes de las elecciones, se había advertido que los resultados podrían patentizar un descontento generalizado con la política guatemalteca. Si a esto se le suma un 40% de abstencionismo, el pronóstico parece más que haberse confirmado.
Error en las encuestas
Los sondeos previos a la cita electoral dejaban a Arévalo lejos de los primeros puestos.
Una encuesta realizada por Pro Datos y Prensa Libre acertaba al dar a Torres el primer lugar, aunque con un caudal demasiado alto (21,3%). Le seguían Edmond Mulet (13,4%), del partido Cabal, y Zury Ríos (9,1%), de Valor-Unionista.
¿Y Arévalo? El sondeo publicado tan solo tres días antes de los comicios le reservaba el octavo lugar, con menos del 3%. El mismo candidato reconoció esta situación, pero recordó que el objetivo era la presidencia, no los sondeos:
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