La visita de Nancy Pelosi a Taiwán durante el 2022 desató el enojo de China, que desde entonces interrumpió el diálogo entre su ejército y el de los Estados Unidos para dejar en claro ese malestar. Ese fue uno de los tantos cortocircuitos de la Administración de Joe Biden con Beijing desde que este asumiera el cargo, marcando un periodo de alta tensión entre las dos potencias. Sin embargo, esas tensiones se han ido aliviando en los últimos meses y así lo confirmó el primer contacto entre ambos ejércitos en 16 meses.
Charles CQ Brown, el nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto, dialogó el jueves con su homólogo chino, el general Liu Zhenli del Departamento del Estado Mayor Conjunto del Ejército Popular de Liberación. El contacto fue mediante una videollamada de la que no trascendió mucho, solo que remarcaron la necesidad de retomar los canales de comunicación y de alentar el trabajo cooperativo.
Brown fue recientemente confirmado por el Senado luego de siete meses de espera provocados por las retenciones del senador Tommy Tubervielle (R-AL).
"El General Brown discutió la importancia de trabajar juntos para gestionar responsablemente la competencia, evitar errores de cálculo y mantener líneas de comunicación abiertas y directas", expresó un comunicado del Pentágono. "El general Brown reiteró la importancia de que el Ejército Popular de Liberación entable un diálogo sustantivo para reducir la probabilidad de malentendidos", añadió.
El contacto se produjo a un poco más de un mes de la reunión presencial entre Biden y Xi Jinping, en la que ambos acordaron justamente la reanudación de los contactos militares. La cumbre tuvo lugar en la ciudad de San Francisco (California) y buscó suavizar las tensiones entre ambos países, alimentadas en el último tiempo por las intenciones de China con Taiwán. Precisamente, la nula comunicación entre los dos ejércitos fue calificada como "peligrosa" por expertos internacionales.
Durante el pasado mes de octubre, funcionarios del Pentágono acusaron a China de promover un patrón de acciones provocativas en los mares del este y sur del país asiático, con el objetivo de provocar a las fuerzas estadounidenses. Por ejemplo, un informe reveló que se habían documentado más de 180 casos de lo que denominaron “intercepciones aéreas coercitivas y riesgosas”
"No queremos que, en caso de error o accidente, los dos ejércitos no puedan intervenir a un nivel superior para calmar la situación y separar a quienes hayan chocado", declaró recientemente el embajador de Estados Unidos en Pekín, Nicholas Burns, en el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York.
