Biden reacciona a la muerte de Hassan Nasrallah: "Una medida de justicia para sus muchas víctimas"

Joe Biden reaccionó al ataque de Israel que eliminó al líder del grupo terrorista Hezbolá, Hassan Nasrallah. El presidente se expresó a través de un comunicado difundido por la Casa Blanca en la tarde del sábado, en el que aseguró que la muerte de Nasrallah era "una medida de justicia para sus muchas víctimas, entre ellas miles de estadounidenses, israelíes y civiles libaneses". 

Según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), llevaron a cabo un bombardeo que alcanzó el cuartel general de Hezbolá, ubicado en una zona residencial en las afueras de Beirut, lo que calificaron como una táctica del grupo para utilizar a civiles como escudos humanos.

A pesar de la demora inicial, desde el propio grupo terrorista confirmaron el fallecimiento de su líder, dejando en claro que seguirán adelante con “la guerra santa contra el enemigo”.

El presidente Biden reaccionó al ataque israelí a través de un comunicado, en el que primero recordó quién fue Nasrallah. 

"Hassan Nasrallah y el grupo terrorista que dirigía, Hezbolá, fueron responsables de la muerte de cientos de estadounidenses a lo largo de cuatro décadas de terror. Su muerte por un ataque aéreo israelí es una medida de justicia para sus muchas víctimas, entre ellas miles de estadounidenses, israelíes y civiles libaneses", comenzó. 

"Estados Unidos apoya plenamente el derecho de Israel a defenderse de Hezbolá, Hamás, los hutíes y cualquier otro grupo terrorista apoyado por Irán. Ayer mismo, di instrucciones a mi Secretario de Defensa para mejorar aún más la postura de defensa de las fuerzas militares estadounidenses en la región de Oriente Medio para disuadir la agresión y reducir el riesgo de una guerra regional más amplia", añadió el demócrata, quien dejará su cargo a mediados de enero del 2025. 

¿Quién era Hassan Nasrallah? 

Hassan Nasrallah, nacido en 1960 en el seno de una familia musulmana chiíta de bajos recursos, se convirtió en el líder de Hezbolá desde 1992, tras el asesinato de su predecesor, Abbas al-Musawi, en un ataque israelí. A lo largo de su mandato, Nasrallah se consolidó como una figura central en el islamismo radical, utilizando su posición para promover una agenda violenta y hostil hacia Israel.

Su liderazgo estuvo marcado por un aumento significativo en la agresión contra Israel, incluyendo la participación en la guerra de 2006, donde las fuerzas de Hezbolá lanzaron miles de cohetes, causando importantes daños y pérdidas en el lado israelí. Nasrallah también fue conocido por sus discursos incendiarios, en los que a menudo incitaba a la violencia y a la resistencia armada, desafiando las normas internacionales y poniendo en riesgo a la población civil en Líbano. La muerte de Nasrallah representa no solo el fin de una era para Hezbolá, sino también un posible cambio en la dinámica del extremismo en la región.