Seguidores de Trump afirman que darían la vida por él: "Si alguien le dispara, me pondría en la línea de fuego para salvarlo"

El reciente intento de atentado contra Donald Trump, el segundo en tan solo dos meses, provocó una reacción inmediata entre sus seguidores más fieles. A pesar de la creciente tensión y las amenazas que enfrenta, muchos de sus simpatizantes no solo renuevan su apoyo, sino que algunos aseguran estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para proteger al expresidente.

“Dispuesto a dar mi vida por él”

Donald Owen, un jubilado de 71 años y ex trabajador de la industria automotriz, expresó su apoyo incondicional mientras se dirigía a un evento de campaña en Flint, Michigan. "Si alguien le disparara a Trump, yo sería el primero en ponerme en la línea de fuego para salvarle la vida", afirmó Owen, resaltando que a su juicio la vida del expresidente es “más importante” que la suya.

"Dios está con él"

Para muchos seguidores de Trump, el expresidente no solo es una figura política, sino un símbolo de perseverancia y determinación. John Russell, un votante de 53 años que asistió a 25 eventos de Trump, confía en que el expresidente seguirá su camino hacia la Casa Blanca a pesar de los recientes intentos de atentado. "Dios está con él", afirmó Russell.

Rachelle Cooper, de 42 años, también mostró su firme apoyo a Trump y destacó la urgencia de abordar problemas como el aumento de los precios de la gasolina y los alimentos. A pesar de las amenazas, aseguró que se siente segura en los eventos del expresidente, confiando en que la seguridad está garantizada para todos los asistentes.

Responsabilidad hacia los demócratas

Muchos seguidores de Trump apuntan a sus opositores políticos como responsables de los ataques contra el expresidente. Owen y otros asistentes al evento culpan directamente a los demócratas, citando la "retórica" del presidente Joe Biden y la vicepresidente Kamala Harris como factores clave. " Están haciendo todo lo posible para detenerlo porque saben que va a ganar", afirmó Russell, subrayando la creencia de que los ataques forman parte de una estrategia para frenar la creciente popularidad de Trump.

El propio Trump acusa a sus oponentes políticos de fomentar un clima de odio y polarización. Tras el frustrado ataque del domingo, el expresidente sugiere que estos intentos de detener su campaña reflejan la desesperación de los demócratas, que temen su creciente popularidad entre los votantes.