Nueve policías detenidos en México por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
En 2014 las fuerzas del orden cometieron graves abusos para sofocar las protestas estudiantiles en el estado de Guerrero.
La Fiscalía General mexicana mandó detener a nueve miembros de las fuerzas del orden, siete policías estatales de Guerrero y otros dos más agentes locales de Iguala, por el caso Ayotzinapa de 2014. En ese año, miles de estudiantes emprendieron una campaña de protestas contra la intención del Gobierno de suprimir las escuelas normales rurales. Fue entonces cuando miembros de las Fuerzas Armadas y de los cuerpos de seguridad persiguieron y cometieron abusos contra los manifestantes, y que dio como resultado la desaparición de 43 de ellos.
En la detención de los nueve policías colaboraron la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal de Guerrero. Los detenidos figuraban ya en una lista de búsqueda firmada en 2022. Entre las detenciones pendientes destaca la de Tomás Zerón, jefe de Policía en 2014. Después de la figa de Zerón a Israel, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió la colaboración a los miembros de la comunidad judía en México para localizarlo.
La principal pieza de la acusación contra estos nueve policías es la declaración de Carla, nombre en clave de un testigo protegido por la Fiscalía y exmiembro del grupo criminal Guerreros Unidos. Esta banda fue empleada por las fuerzas del orden en 2014 para atacar a los estudiantes y sofocar las protestas contra el Gobierno.
Derechos humanos en México
Las detenciones suceden sólo un día después de conocerse las conclusiones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre la matanza de Nuevo Laredo, perpetrada por militares.
En el mes de marzo, el Departamento de Estado norteamericano también publicó un informe que pone el foco sobre las violaciones de los derechos humanos en México. El informe menciona abusos sistemáticos por parte de las fuerzas del orden y los militares en México. El presidente mexicano, López Obrador, respondió a las acusaciones del Departamento de Estado tachándolas de "politiquerías" y "mentiras".