BURROCRACIA: los estados gobernados por el Partido Demócrata copan el ranking de regulaciones e intervencionismo gubernamental

Una regulación, entendida como "la forma que tiene el aparato estatal de producir normas que delimitan las reglas en un determinado ámbito y territorio", no es mala en sí misma. Sin embargo, según el Mercatus Center de la Universidad George Mason, la "acumulación" de ellas en una economía determinada "empeora las condiciones económicas, aumentando inadvertidamente las tasas de pobreza, destruyendo empleos y elevando los precios". 

Con esta premisa, desde la citada institución educativa se dedicaron a estudiar a cada estado en este aspecto, con el objetivo de elaborar un ranking sobre los estados más regulados del país. 

"Las jurisdicciones que permiten que las regulaciones se acumulen de manera constante a lo largo de los años experimentan un crecimiento económico más lento. Otros estudios indican que el crecimiento de estas regulaciones está correlacionado con mayores tasas de pobreza, pérdida de empleos y mayor inflación, entre otros efectos", explicaron desde el Mercatus Center. 

Para sorpresa de pocos, resulta que cuatro de los cinco estados más regulados están gobernados por demócratas, mientras que los cinco estados menos regulados cuentan con administraciones republicanas. 

Los demócratas brillan en el ranking de los estados más regulados del país

Del uno al cuarenta y ocho, puesto que los datos de Arkansas, Virginia Occidental y el Distrito de Columbia no estaban disponibles, el Mercatus Center calificó a los estados en cuanto a la cantidad de regulaciones. Pasando en limpio, a mayor cantidad, peores condiciones económicas, mientras que, a menor cantidad, estas condiciones se vuelven más favorables tanto para los ciudadanos como para los negocios. 

El estudio fue realizado por el Dr. Patrick A. McLaughlin y Dustin Chambers. El primero es director de análisis de políticas e investigador principal del Mercatus Center de la Universidad George Mason, mientras que el segundo es profesor de Economía en la Escuela de Negocios Perdue de la Universidad de Salisbury y senior fellow del Mercatus Center. 

En el 'pelotón' de arriba, los demócratas gobiernan siete de los diez estados con más regulaciones y cuatro de los cinco más regulados. A su vez, los republicanos gobiernan ocho de los diez estados menos regulados, como así también los cinco estados menos regulados del país.

La corona del estado con más regulaciones se la llevó California, que cuenta con 420.434 regulaciones estatales, seguida por Nueva York (300.095) y Nueva Jersey (296.926). 

Los cinco estados más regulados del país

En el otro extremo del ranking, Alaska se posicionó como el estado menos regulado del país, con solo 64.918 regulaciones, seguido por las 59.654 de Montana y las 55.561 de Dakota del Norte, estado gobernador por Doug Burgum, quien asoma como posible secretario de Energía en una eventual segunda Administración Trump. 

Los cinco estados con menos regulaciones

"Las normativas tienden a acumularse en todos los estados que no intentan activamente detener la tendencia"

VOZ habló en exclusiva con el Dr. Patrick A. McLaughlin, quien explicó el impacto del exceso de regulaciones en el ciudadano de a pie. 

"Creo que el ciudadano medio sabe que las normativas influyen en el aumento de los precios o en un peor crecimiento económico, el efecto más evidente va a ser cómo el exceso de normativas puede obstaculizar las oportunidades de trabajo. Cada vez que alguien intenta abrir una guardería o montar un nuevo restaurante, se entera de si su estado ha intentado agilizar el proceso o simplemente ha dejado que las normativas se acumulen hasta convertirse en obstáculos insalvables", expresó. 

A su vez, señaló que los estados con excesivas regulaciones podrían ahuyentar inversiones por parte de grandes y medianas empresas, dado que estas buscan "minimizar las incertidumbres políticas". 

"Si un Estado ha acumulado una gran cantidad de normativas, eso crea mucha incertidumbre: cuando hay tantas normas que nadie puede conocerlas todas, siempre se corre el riesgo de incumplir algo", continuó. 

Por último, analizó el hecho de que los estados demócratas sean mayoría entre los más regulados del ranking. "Creo que las normativas tienden a acumularse en todos los Estados que no intentan activamente detener o invertir la tendencia. Texas, por ejemplo, está entre los 5 estados más regulados, y desde luego no es un estado demócrata. Sin embargo, con algunas excepciones, parece que los políticos tienen menos ganas de reformar el proceso regulador en los estados tradicionalmente demócratas", sentenció. 

California, el rey de los estados con más regulaciones 

El Golden State de Gavin Newsom encabezó el ranking gracias a su Código de Regulaciones (CCR), el cual contiene 23.110.146 palabras. 

En cuanto a sus actividades más reguladas, se encuentran las compañías de seguros y actividades relacionadas (17.266), utilidades (15.996), la fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (13.698), la fabricación de papel (12,985) y la fabricación de productos químicos (11.780). 

A la hora de compararse con el promedio de los otros estados, California tiene hasta tres veces más regulaciones sobre las compañías de seguros y más de dos en el resto de las industrias mencionadas. 

A su vez, en cuanto a los "aspectos políticos más afectados por la regulación del estado", la industria, comercio y desarrollo se encuentran en primer lugar con 167.482 regulaciones. En este campo, el promedio de los estados se sitúa en 21.261, lo que significa que el Golden State tiene casi ocho veces más regulaciones en este campo que el resto de los estados. 

Completan esta terna la protección del medio ambiente (72.713) y los servicios de salud (58.951). 

Una guía para reducir los daños de las regulaciones

El Mercatus Center también añadió a su ranking una suerte de guía de buenas prácticas, para que los legisladores tomen nota y "mejoren sus sistemas de normas" en los estados pertinentes. 

Si bien no existen soluciones mágicas, los expertos explicaron que esas mejoras pueden implementarse mediante dos caminos no excluyentes entre sí: los presupuestos reglamentarios y la supresión de normas.

Un presupuesto reglamentario implica simplemente fijar la cantidad de regulaciones que el estado pueda tener a la vez. Para ello, habría que fijar el objetivo de regulaciones a recortar, estableciendo también un sistema de "una entra y x salen". Algo similar se aplicó durante la Administración Trump cuando por cada nueva regulación debían eliminarse otras dos. 

Fiel a su nombre, la supresión de normas tiene que ver justamente con la eliminación de las normas existentes, aunque esto puede simplificarse al estipular de entrada que las regulaciones se eliminen automáticamente después de un tiempo, a menos que la legislatura las renueve explícitamente. Algo así como agregarles una fecha de caducidad o vencimiento. 

"Si la regulación proporciona el beneficio previsto, no es necesario eliminarla. Si la regulación es ineficaz o engorrosa, se puede eliminar", sentenciaron desde el Mercatus Center.