El juez Arthur Engoron emitió el viernes una orden de silencio que prohíbe al equipo legal del expresidente Donald Trump hacer comentarios sobre las "comunicaciones confidenciales" del juez con su personal.
De este modo, la orden mordaza va más allá del propio Trump y prohíbe también a sus abogados "hacer cualquier declaración pública, dentro o fuera del tribunal, que se refiera a cualquier comunicación confidencial, en cualquier forma, entre mi personal y yo".
El juez Engoron, encargado del juicio contra Trump por presunto fraude de 250 millones de dólares en Nueva York, ya multó a Trump con 15.000 dólares por atacar a su secretaria en las redes sociales y amenazó con encarcelar al expresidente si continuaban los ataques. Ahora va más allá e intenta silenciar a todo su equipo legal. Lo hace después de que el abogado de Donald Trump, Christopher Kise, amenazara con pedir la anulación del juicio porque, según alegó, la secretaria jefe de Engoron había participado en actividades políticas con funcionarios demócratas; una información que reveló Breitbart.
Según esta información, Allison Greenfield, la principal asistente legal de Engoron, supuestamente había incumplido las normas judiciales que impiden a los funcionarios del tribunal hacer donaciones políticas excesivas. El informe de Breitbart News revelaba que Engoron había tenido conocimiento de las supuestas violaciones de Greenfield a través de una queja enviada por correo electrónico que también llegó hasta la Asociación de Abogados del Estado el mismo día que originalmente el juez impuso una orden mordaza contra Trump.
La respuesta de Engoron a estas acusaciones fue la de imponer "sanciones graves" contra el equipo legal de Trump si incumplen la orden. El juez, que supervisa la demanda civil que la fiscal general de Nueva York, Letitia James, ha interpuesto contra Trump y sus hijos mayores, señaló específicamente a los abogados de Trump Christopher Kise, Clifford Robert y Alina Habba, señalando que "han hecho, en el registro, comentarios repetidos e inapropiados sobre mi secretaria jurídica principal, acusándola falsamente de parcialidad contra ellos y de influir indebidamente en el juicio sin jurado en curso." Estas acusaciones, según Engoron, dieron lugar a amenazas contra el propio juez y su equipo de trabajo.
