Luego de un testimonio polémico de Christopher Wray, el FBI confirma que Trump fue impactado por una bala

El FBI confirmó lo que se vio a través de las cámaras el pasado 13 de julio, cuando un tirador abrió fuego contra Donald Trump en un mitin en Butler, Pensilvania: el expresidente republicano sí fue impactado por una bala —o un fragmento de bala— en su oreja derecha.

"Lo que impactó al expresidente Trump en la oreja fue una bala, ya sea entera o fragmentada en pedazos pequeños", sentenció este viernes el FBI en un comunicado, luego de que el expresidente Trump criticara al director de la agencia de seguridad, Christopher Wray, por poner en duda qué fue lo que lo impactó ese día.

Esta declaración de una sola frase por parte del FBI, es el relato a nivel oficial más importante sobre las lesiones del expresidente Trump hasta el momento. El mismo anuncio desmiente los comentarios ambiguos a principios de semana de Wray, quien parecía poner en duda ante el Congreso si Trump había sido realmente alcanzado por una bala.

“Hay algunas dudas sobre si fue una bala o metralla lo que impactó en su oído”, dijo Wray durante una audiencia ante el Congreso. “Existen dudas sobre si fue o no una bala o metralla lo que le impactó en la oreja”.

Luego del polémico testimonio, que aupó las teorías de conspiración en torno al ataque que terminó con la vida de una persona del público, los aliados del expresidente y el propio Trump criticaron a Wray.

"El director del FBI, Christopher Wray, dijo ayer al Congreso que no estaba seguro de si fui alcanzado por metralla, vidrio o una bala... No, desafortunadamente fue una bala la que me impactó en la oreja, y me golpeó con fuerza. No había cristales, no había metralla. El hospital lo llamó 'herida de bala en la oreja', y eso es lo que era", dijo Trump en su red social Truth. “¡No es de extrañar que el alguna vez famoso FBI haya perdido la confianza de Estados Unidos!”.

Luego de las críticas contra Wray y antes del comunicado de este viernes, el FBI se apresuró a aclarar que el tiroteo en Pensilvania fue, en efecto, un intento de asesinato contra el expresidente, en el que resultó lesionado y también se produjo “la muerte de un padre heroico y las lesiones de varias otras víctimas”.