Nicolás Maduro se atrinchera con un nuevo gabinete de leales y con Diosdado Cabello a cargo de la represión
El dictador intenta reforzar su poder al colocar a sus aliados más fuertes y fieles en cargos claves.
En un esfuerzo por proteger su posición e intentar asegurar su poder, Nicolás Maduro reorganizó su gabinete ministerial, colocando a los líderes más duros y represivos del régimen chavista en posiciones clave. Este movimiento se interpreta como un intento de Maduro de aferrarse al poder, rodeándose de figuras conocidas por su lealtad incondicional y su disposición a utilizar cualquier medio necesario para mantener el dominio sobre el país.
Diosdado Cabello: el nuevo jefe de la represión
Diosdado Cabello, una de las figuras más poderosas y controvertidas del chavismo, fue designado como nuevo ministro de Interior y Justicia, dándole control directo sobre la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Estos organismos son fundamentales en la estructura represiva del régimen, encargados de mantener el orden público, la seguridad interna y la vigilancia estatal.
Con la salida del almirante en jefe Remigio Ceballos, quien ocupaba anteriormente este puesto, Cabello retoma un rol central en la maquinaria del chavismo, reforzando su capacidad de maniobra y negociación dentro del sistema. Este movimiento también destaca la importancia del Ministerio de Interior y Justicia como uno de los tres cargos más vitales para el régimen, junto con los ministerios de Defensa y Petróleo.
El control en manos del régimen
Maduro decidió mantener a Vladimir Padrino López como ministro de Defensa, confirmando su posición como el hombre más poderoso del país tras el presidente. Padrino López fue ratificado en su cargo por décimo año consecutivo, lo que subraya su lealtad inquebrantable al régimen y su papel crucial en la defensa del chavismo. Acusado de crímenes de lesa humanidad por su papel en la represión de manifestantes y la violación sistemática de derechos humanos, Padrino sigue siendo el principal garante de la seguridad del régimen.
Otro movimiento clave en esta reestructuración es la designación de Delcy Rodríguez, quien ya ocupaba el cargo de vicepresidenta ejecutiva, como ministra de Petróleo. Rodríguez, junto con su hermano Jorge, representa a una de las familias más influyentes del régimen. Bajo su control, el Ministerio de Petróleo se convierte en una herramienta aún más poderosa para la explotación de los recursos naturales de Venezuela.
Además, el mayor general Iván Hernández Dala, jefe de la Guardia de Honor presidencial y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), mantiene su papel crucial en el aparato represivo del régimen. Hernández Dala es conocido por su influencia en la represión y el control militar dentro del país.
Finalmente, el hasta ahora gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, ha sido designado como nuevo vicepresidente y responsable de Educación. Rodríguez se suma a la cúpula del poder chavista, consolidando aún más el control del régimen sobre las instituciones clave del país.
Persecución y acoso a la oposición
Mientras Maduro se antrinchera, la persecución contra los opositores continúa sin cesar. El embajador Edmundo González Urrutia, ampliamente considerado tanto a nivel nacional como internacional como el verdadero ganador de las elecciones presidenciales, enfrenta un acoso implacable por parte del régimen. La Fiscalía General de la República, actuando como brazo represivo del régimen, ha intensificado sus esfuerzos para forzar el exilio de González, en un intento de desmoralizar a la oposición y evitar que se convierta en un líder unificador contra Maduro.