La Fiscalía de París acusa de 12 cargos a Pavel Durov por no censurar la información que circula en Telegram
Las autoridades francesas emitieron un comunicado en el que explicaron que el fundador de la plataforma supuestamente no evitó que se produjesen también otros delitos como crimen organizado o narcotráfico.
Las autoridades judiciales francesas han detallado los motivos por los que se procedió a la detención de Pavel Durov, fundador y director ejecutivo de Telegram, en el aeropuerto Le Bourget, ubicado en el noreste de París. Concretamente, se le investiga por doce delitos diferentes relacionados con pornografía infantil, narcotráfico o crimen organizado, entre otros. No porque él los cometiese, sino porque, como mandatario de la plataforma, no impidió que estos actos se produjesen en la red social.
En un comunicado recogido por el diario francés Libération, la Fiscalía de París informó de que el encarcelamiento provisional de Durov deriva de "una investigación judicial abierta el 8 de julio contra una persona anónima a raíz de una investigación preliminar a iniciativa de la sección J3 (lucha contra la ciberdelincuencia - JUNALCO)".
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Además, la autoridad competente aseguró que Durov no ha querido proporcionar "la información o los documentos necesarios" para que la investigación pueda continuar su curso. Es decir, obstaculizó a la Justicia.
Macron: no es una detención por motivos políticos
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, negó todas las informaciones que apuntan a que la detención de Durov estuvo motivada por aspectos políticos: "La detención del presidente de Telegram en suelo francés se produjo en el marco de una investigación judicial en curso. No se trata en ningún caso de una decisión política. Corresponde a los jueces pronunciarse al respecto".
"Francia está profundamente comprometida con la libertad de expresión y comunicación, con la innovación y con el espíritu emprendedor. Y lo seguirá estando", sentenció el presidente francés.
Francia no es el primer país que centra sus miradas en Telegram. En 2018, Rusia empezó a censurar la plataforma, ya que la directiva impidió que el Kremlin pudiese acceder a los mensajes encriptados de los usuarios de Telegram, pese a contar con una orden judicial.