La esposa del presidente de Irán asegura que se endurecieron las penas por no llevar hiyab "por respeto a las mujeres"
Jamileh Alamolhoda defiende la nueva norma, que establece penas de hasta cinco años de cárcel para las infractoras, aprobada en el aniversario de la muerte de Mahsa Amini.
Jamileh Alamolhoda, esposa del presidente de Irán Ebrahim Raisi, aseguró que la norma que endurece las penas por no llevar el hijab en público o vestir de manera no decorosa se hizo "por respeto a las mujeres". Alamolhoda acusó a la ONU de mentir sobre las cifras de muertos y detenidos durante la brutal represión del régimen sobre los manifestantes que protestaban por la muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la Policía de la Moral precisamente por llevar el velo mal colocado. Unas protestas que, según la primera dama iraní, se deben a la intervención de potencias extranjeras que quieren desestabilizar el país.
"Quebrantar la ley, como en cualquier país, conlleva castigos"
Durante una entrevista en el programa This Week, de ABC, la esposa de Raisi, aseguró que la aprobación de la norma es un gesto de respeto a las mujeres, que ha convertido en ley la tradición de su país, y justificó que es natural que se castigue a quien no cumpla las leyes "como en cualquier país". Alamolhoda, no quiso mojarse, sin embargo, cuando se le preguntó su opinión sobre si las penas no son desproporcionadas, alegando que no sabe de leyes.
La primera dama de Irán niega las cifras de represión de la ONU
Cuando la presentadora le citó las cifras de detenidos, asesinados y ejecutados durante las protestas, la primera dama iraní negó la mayor, señalando que eran cifras manipuladas. "Este suceso ha sido una gran mentira. Creo que cosas de esa naturaleza pueden ocurrir en cualquier país de forma natural". Alamolhoda insistió en que los disturbios "se deben fundamentalmente a las intenciones de gobiernos extranjeros que están deseosos de que se produzcan otros acontecimientos en Irán". Incluso llegó a señalar "muchos murieron, pero por defender a la República Islámica de Irán".
Por si fuera poco, la primera dama iraní llegó a negar Amini muriera a causa de los golpes recibidos por los guardias durante su paso por prisión: "Estuve en contacto permanente con todo el personal médico implicado en este caso. Estaba enferma, tenía enfermedades preexistentes. Todos la queríamos. Yo también soy madre. Y entiendo que el valor de las niñas y las mujeres en su conjunto".