La Universidad de Columbia anunció este viernes la suspensión de dos grupos estudiantiles antiisraelíes que “violaron repetidamente” las políticas de la institución al llevar a cabo eventos no autorizados en el campus que incluyeron retóricas amenazantes e intimidatorias.

En un comunicado oficial, la universidad informó que los Estudiantes por la Justicia en Palestina (SJP) y Voz Judía por la Paz (JVP) se mantendrán suspendidos hasta el final del semestre, lo que implica que durante este tiempo ninguno de los grupos será elegible para organizar eventos en el campus ni recibir fondos de la institución.

La institución resaltó que, aunque está firmemente comprometida con brindar espacios para los debates, promociones y protestas, los miembros de la universidad deben adherirse a las políticas y procedimientos de la institución ya que las medidas están creadas para garantizar la seguridad de la comunidad y permitir que las actividades principales de la institución se lleven a cabo sin interrupciones.

Asimismo, el comunicado señala que se podría levantar la suspensión siempre y cuando los grupos estudiantiles sancionados demuestren un compromiso con el cumplimiento de las políticas universitarias.

Los estudiantes judíos se sienten inseguros

La decisión de la institución universitaria surge luego de que varios estudiantes judíos le exigieran a la universidad que tomara medidas contra el creciente antisemitismo en el campus.

Los alumnos denunciaron que desde que Hamás atacó a Israel, la comunidad judía se ha visto sometida a una serie de amenazas y agresiones por parte de otros compañeros, y la escuela no ha tomado suficientes medidas para responsabilizar a los perpetradores.

“He visto con mis propios ojos a estudiantes de Columbia recurrir a la intolerancia. Los he visto repetir como loros repugnantes frases antisemitas, los he visto etiquetar a estudiantes visiblemente musulmanes como terroristas, los he visto gritar en aprobación de llamamientos a la violencia contra civiles, y los he visto tomar las redes sociales casi todos los días de las últimas tres semanas para pedir la muerte de los demás”, denunció el estudiante de historia Yoni Kurtz.

“La falta de una respuesta práctica y significativa por parte de la universidad a estos actos de antisemitismo flagrante es increíblemente desalentadora”, criticó otra alumna, señalando que todos los miembros de la universidad deberían poder sentirse seguros y apoyados en el campus sin importar la religión, afiliación política o etnia.