Medios de izquierda se alinean para llamar a Kissinger “criminal de guerra” el día de su muerte
Se trata de, sin dudas, el secretario de Estado más controversial y también más influyente de los Estados Unidos. Su legado, celebrado por unos y atacado por otros, todavía resuena en China, Rusia, Medio Oriente, Latinoamérica y el resto del mundo.
Este 29 de noviembre, a sus 100 años, murió Henry Kissinger, uno de los estrategas políticos más importantes de todo el siglo XX. A pesar de que sus decisiones marcaron hitos históricos y complejos en muchos países, una situación que ha convertido a Kissinger en un personaje elogiado y también cuestionado, existe un consenso de que fue el secretario de Estado que más poder e influencia tuvo en la etapa de la posguerra.
Sin embargo, medios como la revista Rolling Stone y el sitio web progresista HuffPost, sin ningún tipo de prudencia, se alinearon para tildar a Kissinger, en el día de su muerte, como “criminal de guerra”.
“Henry Kissinger, criminal de guerra amado por la clase dominante estadounidense, finalmente muere”, tituló la revista Rolling Stone.
El post en ‘X’ del HuffPost fue un poco más extenso: “Henry Kissinger, quien como alto funcionario de política exterior estadounidense supervisó, pasó por alto y en ocasiones perpetró activamente algunos de los crímenes de guerra más grotescos que Estados Unidos y sus aliados han cometido, murió el miércoles. Tenía 100 años”.
A lo largo de los años, muchos activistas, periodistas y escritores progresistas han pedido que Kissinger sea acusado por “crímenes de guerra”. Sin embargo, su biógrafo, el historiador americano-escocés Niall Ferguson, en sintonía con otros defensores del legado del republicano, acusa a los críticos de practicar un “doble rasero” en su libro "Kissinger: 1923-1968: The Idealist".
Según Ferguson, los críticos apuntar con el dedo a la figura de Kissinger, pero olvidan que la mayoría de los presidentes o secretarios de Estado en EE. UU. tuvieron, en algún momento, que tomar decisiones difíciles en materia de política exterior.
Un legado resonante y controversial
El debate sobre la figura de Kissinger trae a menudo opiniones diversas y controvertidas sobre su figura. Y es que, gracias a su gran capacidad para diseñar estrategias geopolíticas, el ex secretario de Estado de los presidentes Nixon y Ford se ganó el mote de arquitecto del mundo moderno, con un legado que todavía resuena en China, Rusia, Medio Oriente, Latinoamérica y el resto del mundo.
Kissinger fue participe de varios de los eventos históricos que marcaron el siglo XX. Jugó un rol preponderante y protagónico en el acercamiento y restablecimiento de las relaciones entre Washington a Pekín; un movimiento geopolítico clave para que China abandonara su modelo económico comunista y abrazara un sistema considerado “capitalismo de Estado”. Dicho acercamiento, sin dudas, fue clave para que el país asiático se convirtiera en la potencia que es hoy; una situación que sacó a miles de millones de la pobreza, pero también hizo que Estados Unidos, poco a poco, fuera perdiendo paulatinamente el rol de hegemón global ante la expansión de China, el principal rival geopolítico del país en la actualidad junto con Rusia.
El republicano también jugó un rol vital en el armado del controversial Plan Cóndor, que por un lado frenó el expansionismo del comunismo soviético en Latinoamérica y salvó a países como Chile de la destrucción económica, pero por otro dejó un balance negativo en cuando al surgimiento de regímenes autocráticos en la región que perpetraron violaciones de derechos humanos.
También fue el hombre que encargó, nada más y nada menos, los bombardeos a Laos y Camboya durante la guerra de Vietnam, quizás una de las decisiones geopolíticas más polémicas durante su servicio en la vida pública. Sin embargo, también fue una pieza clave para establecer un alto el fuego temporal y fue absolutamente determinante en los acuerdos de paz de París por los que Estados Unidos se retiró del conflicto. Dicha hazaña le valió el Premio Nobel de la Paz, en 1973.