El público se cansa de 'Disney-woke' y pide a la compañía que regrese a sus orígenes

Disney se está convirtiendo en una compañía demasiado woke. Al menos esa es la conclusión que saca la nueva encuesta que realizó Rasmussen Reports y donde el 71% de las personas participantes afirmaron que el gigante del entretenimiento debería "volver a una programación decente".

La pregunta era clara y hacía alusión a la agenda progresista que la compañía está adoptando desde los últimos dos años. "¿Debería Disney volver a una programación saludable y permitir a los padres decidir cuándo se les enseña a sus hijos sobre sexualidad?", cuestionó Rasmussen. Las conclusiones fueron sorprendentes: un 71% se mostró de acuerdo con esa afirmación, incluyendo al 53% que aseguró estar "muy de acuerdo" con el enunciado. Por otra parte, un 22% no estaba de acuerdo con la frase, incluyendo un 10% que se mostró "totalmente en desacuerdo" con la afirmación.

La excesiva inclusión de personajes LGBT+ también formó parte del sondeo que realizó Rasmussen Reports. La empresa preguntó a las 1.225 personas a las que sondeó, entre el 21 y el 23 de abril, si creían que incluir cada vez más personajes LGBT en sus proyectos audiovisuales eran una decisión apropiada para los contenidos que la compañía realiza dirigidos a niños menores de 12 años. Un 54% consideró que la nueva programación "no es adecuada" para los niños de esa franja de edad. Otro 33% consideró que sí que era una decisión acertada y un 13% de los encuestados aseguraron que "no estaban seguros" de que fuera la mejor decisión.

'Elemental' y 'Strange World', pruebas de que la agenda woke no funciona en Disney

La encuesta demuestra que la agenda woke no está funcionando como Walt Disney Company esperaba. De hecho, la compañía continúa sumando fracasos desde que decidió adoptar las políticas progresistas y un ejemplo claro se ve en los resultados en taquilla. Especialmente en los de las películas en las que incluyen cualquier tipo de alusión a esta nueva agenda.

Así, Elemental, en la que Pixar anunció que incluía a su primer personaje no binario, se convirtió en el peor estreno de un largometraje para la compañía creada por Steve Jobs y logró únicamente recaudar, durante sus tres primeros días en salas, 29,5 millones de dólares.

Peor suerte tuvo Strange World. La película, primera en presentar como protagonistas a dos jóvenes homosexuales, se estrenó en la gran pantalla recaudando únicamente $11,9 millones, una cifra muy inferior a la que esperaba Walt Disney Studios que pronosticó que la cinta lograría durante sus primeros días 40 millones de dólares.

Y una nueva prueba más de que las políticas woke no funcionan en la compañía del ratón que ha pasado, en los últimos años, de ser una de las más queridas en Estados Unidos a encadenar fracasos y estar sumida en infinidad de polémicas batallas legales como la que protagoniza en Florida contra Ron DeSantis. Y justo cuando el gigante del entretenimiento cumple 100 años. ¿Será esta la señal que necesita Disney para regresar a sus orígenes y recuperar así la gloria pérdida?