La tragedia de los venezolanos que huyen del régimen de Maduro 

Los inmigrantes ilegales: son la prueba viviente de todo lo que son capaces de destruir las izquierdas cuando logran arribar al poder. 

Mientras cientos de inmigrantes son trasladados desde localidades fronterizas hasta las ciudades más progresistas de Estados Unidos por orden de gobernadores hartos del colapso producido por la política migratoria de la Administración de Joe Biden, ha salido a relucir que un gran número de estas personas indocumentadas proceden de Venezuela. Venezolanos que escapan de un Estado fallido y son abandonados a la suerte por la dictadura. La mentira de que el país se arregló se desmorona frente a la verdad de un éxodo sin precedentes. El régimen de Maduro ya no puede sostener la farsa de que Venezuela está saliendo adelante. 

En un país con tantos recursos naturales como el nuestro, es totalmente inaceptable que nuestra gente sea arrojada al exilio en condiciones paupérrimas mientras un déspota se enriquece a costa del erario y somete a la población al hambre y la represión.  

Venezuela puede ser grande, prospera y un referente para el mundo, porque lo tenemos todo para ser un ejemplo de crecimiento, si no estuviera la dictadura robándose nuestros recursos. El nuestro es un pueblo digno, gente con principios y valores que se lanza al mundo para poder dar un futuro mejor a sus familias. En Venezuela ni siquiera la vida está garantizada. 

Los inmigrantes ilegales son personas arrojadas a un futuro incierto. Lamentablemente, no tuvieron demasiadas opciones para elegir; les tocó recorrer el camino de la supervivencia y muchos han perdido la vida en peligrosos pasos fronterizos donde los traficantes hacen negocio con la desgracia y el sufrimiento de quienes sueñan con empezar una nueva vida. 

Es cierto: algunos delincuentes aprovechan la coyuntura para colarse entre quienes ingresan a los países que dan refugio a nuestra gente, pero la mayoría de los venezolanos que emigran son gente honrada que sólo quiere salir adelante; son los rostros de una realidad cuyo único culpable está enquistado en el poder en Caracas. 

Es necesario entender que la mayor parte de los venezolanos que intentan ingresar a otro país escapando de la dictadura son mucho más que una cifra o una estadística; son seres humanos que vienen de sufrir los peores años de sus existencias bajo un régimen que los ha llevado a la situación más humillante. Son la prueba viviente de todo lo que son capaces de destruir las izquierdas cuando logran arribar al poder.