Una universidad progresista, condenada a pagar 36 millones a una panadería por falsas acusaciones de racismo

Oberlin College, en Ohio, tendrá que indemnizar a la panadería Gibson tras alentar una caza de brujas contra el establecimiento por responder a un robo protagonizado por unos estudiantes negros.

La universidad progresista Oberlin College (Ohio) pagará 36,6 millones de dólares a la panadería Gibson por difamación. La universidad anunció que indemnizará al negocio local tras demostrarse judicialmente la implicación del centro escolar en una campaña de falsas acusaciones de racismo.

La disputa legal se inició en 2016 cuando, según los hechos probados, unos estudiantes negros intentaron comprar bebidas alcohólicas en la tienda con un carné falso y robar varias botellas del establecimiento. Un trabajador de la tienda (Allyn Gibson, nieto del propietario)  se dio cuenta y persiguió e interceptó a uno de ellos en la calle. Tanto el ladrón como sus dos compañeros agredieron al empleado de la panadería.

A pesar de los hechos, se inició una reacción en la comunidad de protesta contra la panadería Gibson, a la que acusaron falsamente de crear perfiles raciales y de discriminación. Protestas a las que se sumaron numerosos estudiantes de Oberlin College así como responsables universitarios -incluida la decana de la universidad-, lo que demostró en opinión del tribunal la participación de Oberlin College en la campaña de acoso y desprestigio contra la panadería Gibson. Alumnos y funcionarios universitarios animaban a los ciudadanos a no comprar en Gibson.

Carteles contra Gibson

Caza de brujas contra la panadería Gibson

Durante el juicio, el propio estudiante acusado de robo reconoció los hechos y leyó una declaración en la que reconocía que el empleado de la tienda tenía justificación al intentar retenerlo y que sus acciones no habían tenido una motivación racial. Sin embargo, los movimientos estudiantiles y la propia universidad aprovecharon el momento para hacer su campaña woke. Un momento que además no era casual. Un día antes de los hechos, Donald Trump había sido elegido presidente del país y comenzaba una campaña de movilización racial sin precedentes que culminaría con episodios de violencia y crimen como los protagonizados por el movimiento radical Black Lives Matter.

La disputa convirtió un episodio puntual de robo en un debate nacional sobre racismo y justicia. Oberlin College decidió participar no sólo cancelando los pedidos a Gibson, sino señalando y tachando de racista al comercio local. Ahora tendrá que pagar una suma de dinero lo suficientemente grande como para hacer que determinadas instituciones del país se lo piensen dos veces antes de difamar a alguien inocente.

Aunque Oberlin College tiene dinero de sobra para pagar la indemnización -la matrícula en la universidad es de más de 61.000 dólares al año-, para la defensa de la panadería Gibson se ha impuesto la cordura. "La verdad importa", dijo Lee E. Plakas, abogado de la familia Gibson. "David, apoyado por una comunidad con principios, aún puede vencer a Goliat", destacó el abogado.

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