Una lección para el mundo: ¿cómo hizo Israel para salir de la hiperinflación?

Boaz Arad: “El mensaje es que no hay almuerzo gratis y en algún momento llega la cuenta”.

En diálogo con Voz Media, Boaz Arad, uno de los fundadores del Nuevo Movimiento Liberal de Israel y director del Centro Ayn Rand Israel, habla sobre las causas de la inflación que golpea hoy al mundo y explica cómo hizo el Estado judío para salir del atolladero en los años 80.

El mundo está sufriendo altos índices de inflación, incluso en lugares no acostumbrados a ello, como Estados Unidos y varios países de Europa. Es necesario entender las causas de este flagelo que daña el bolsillo de las personas, sobre todo de las que menos tienen, para aplicar políticas inteligentes que puedan combatirlo. En este sentido, es importante estudiar los ejemplos de los países que pudieron resolver este problema de la mejor manera, como es el caso de Israel, que sufrió una hiperinflación en los años 80 y la venció en pocos años, logrando mantener precios estables a lo largo del tiempo.

Arad afirma que el mundo está sufriendo el embate de la inflación debido a que, por un lado, “los Gobiernos gastan, crean grandes deudas y reducen el valor del dinero”, mientras que, por otro lado, “en Occidente, también en Estados Unidos, hay un problema de provisión de bienes”.

El dirigente liberal israelí responsabiliza a las ideas ecologistas radicales del aumento de precio del gas y el petróleo. “Europa no permitió que se hicieran búsquedas de petróleo y gas; los bancos rechazaron otorgar créditos a proyectos relacionados con energías fósiles y dieron la espalda a la gran importancia de este sector”. Y agrega que eso tuvo como resultado que se generase "un fenómeno de pobreza energética y subida de los precios”.

Arad sostiene que una de las razones de la escasez de gas es también el brutal ataque de Rusia a Ucrania. Sin embargo, afirma que “Estados Unidos se amputó los brazos y las piernas” porque, pese a no depender del petróleo ruso, decidió imponer "todo tipo de regulaciones" que dificultan la producción nacional de petróleo y gas”, lo que produjo a su vez aumentos en los precios de la energía eléctrica.

Respecto de la hiperinflación israelí de los años 80, Arad dice que se debió a “los gastos del Gobierno, la emisión de dinero y la extensión del presupuesto de Defensa por la Guerra de Yom Kipur” (1973). Y agrega: “El índice de precios llegó al 444% [anual] en 1984”.

¿Qué hizo Israel para salir de semejante situación? “El Gobierno recortó el gasto público y [la financiación de] todo tipo de entidades no económicas”, explica Arad. Además, “se llegó a un acuerdo general que juntó a la izquierda y a la derecha para avanzar con esa medida”. Por otro lado, aclara que “Israel recibió el apoyo de la Administración Reagan” en forma de préstamos y subsidios. 

“Se fijaron criterios para no permitir al Gobierno inundar el mercado con dinero”, detalla Arad, que añade que en Israel había “una gran centralización” económica y que “los bancos exigían a sus clientes comprar acciones” de las propias entidades bancarias, lo que irremediablemente derivó en un derrumbe económico. “El Gobierno cerró la Bolsa de Valores, detuvo la comercialización de acciones por parte de los bancos, los nacionalizó y luego los privatizó nuevamente”. “Los ciudadanos se quedaron con las deudas de los bancos y comenzaron a pagarlas a través de impuestos”, agrega.

“A fin de cuentas”, concluye Arad, “el mensaje es que no hay almuerzo gratis y en algún momento llega la cuenta”. Asimismo, advierte de que hay que tener cuidado “incluso en momentos de prosperidad” y no permitir que los políticos repartan entonces el dinero como si no hubiera un mañana, sino que deben aprovechar la oportunidad para “ajustar, ahorrar y reducir la deuda”, con el fin de “poder afrontar mejor los momentos difíciles”.