El Salvador avala la gestión de Bukele tras un año de estado de excepción

La mano dura del ‘presidente bitcoin’ con las pandillas le hace ganar la aprobación popular pese a las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.

Apilados los unos contra los otros, vistiendo poco más que un calzón blanco, los reos toman posesión de sus nuevas celdas. Las imágenes las distribuye el propio Gobierno salvadoreño. Un año después de instaurar el estado de excepción,  Nayib Bukele, el presidente mejor valorado del mundo según las encuestas, saca pecho y presume de resultados.

Los datos respaldan el relato del singular mandatario. El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, da algunos números en las redes sociales: 65.000 “terroristas” recluidos en los centros penitenciarios del país y más de 3.000 vehículos, 15.600 teléfonos móviles y 1,7 millones de dólares en efectivo que el Estado salvadoreño ha confiscado a las organizaciones criminales.

De acuerdo con los representantes del Gobierno, las maras han desaparecido prácticamente de las calles. Los culpables de la grave inseguridad en la que se vio sumido el país al salir de su guerra civil inundan las cárceles. Desde finales del verano de 2022, se estima que cerca del 2% de la población está entre rejas.

Para poder alcanzar este objetivo, el Gobierno salvadoreño acometió la construcción de la prisión más grande de América, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Un colosal complejo para albergar en celdas comunes a 40.000 presos.

Los sondeos respaldan a Bukele

Fuera del Cecot, la población salvadoreña asegura volver a respirar con tranquilidad, sin la amenaza callejera de las pandillas. El cambio de un presidente a otro nunca había sido tan evidente en el país centroamericano. Bukele ha supuesto una verdadera revolución y los salvadoreños se han dado cuenta.

“La gente asegura que es un cambio. Se puede andar por la calle con tranquilidad. Es un hecho con el que todo el mundo parece estar de acuerdo”, relata a Voz Media Nerea (apellido omitido a petición de la fuente), trabajadora humanitaria en el país. El Salvador ha pasado de 105 homicidios anuales por cada 100.000 habitantes a tan sólo 7,8. Es el mejor dato de su historia. El que antes era el primer país en este ranking, tiene hoy en día la segunda mejor tasa de Centroamérica (incluido México).

De acuerdo con los sondeos de la consultora CID Gallup, un 95% de los salvadoreños aprueba la gestión de Bukele en el área de seguridad y un 91% está de acuerdo con las medidas tomadas contra los pandilleros. En las estimaciones del diario La Prensa Gráfica, es el 87% de la población salvadoreña la que aprueba la gestión de Bukele. Únicamente un 9,5% se opondría a las medidas del presidente milenial.

Presión internacional

¿A qué coste? La cuestión la señalan varios medios de comunicación y organizaciones internacionales como Humans Rights Watch (HRW), que creen que la democracia se ha puesto en jaque en El Salvador por el “dictador más cool del mundo mundial” ( como llegó a definirse el propio Bukele en Twitter) desde el momento en que forzó la disolución del Tribunal Constitucional y de la Fiscalía General por medio de su influencia en la Asamblea Legislativa.

“La otra cara de la moneda es el miedo a la policía”, explica Nerea. “En pleno estado de excepción, las fuerzas del orden y los militares realizan inspecciones rigurosas”, añade. Los controles se centran especialmente en los varones jóvenes, mientras se multiplican las denuncias de detenciones arbitrarias.

Tamara Taraciuk Broner, directora en funciones para las Américas en HRW, aseguró en enero que su organización disponía de pruebas suficientes para corroborar sus acusaciones contra el Gobierno de Bukele. De acuerdo con esta ONG, cientos de personas han sido detenidas y procesadas sin las garantías básicas.

Bukele, por su parte, sigue respondiendo a las acusaciones por medio de Twitter, su red predilecta. Para el joven presidente, los resultados que han cosechado sus esfuerzos son mucho más importantes que cualquier otra cosa. “¿Cuántas décadas más, llenas de decenas de miles de muertos, deberíamos de haber aguantado los salvadoreños, para que las recetas de las ONGs y la ‘comunidad internacional’, comenzaran a funcionar?”, tuiteó esta semana.

Pero si tan crueles son las medidas de Bukele, ¿cómo logra mantener el apoyo popular? Ioan Grillo, periodista afincado en México, cree tener la respuesta. Este experto en los cárteles de la droga y el mundo de las bandas asegura que las maras salvadoreñas, contrariamente a las organizaciones criminales colombianas o mexicanas, no disponen de grandes ingresos por el tráfico de drogas. En su lugar, sangran a la población con pequeños delitos y atracos. Los locales no tendrían entonces ninguna simpatía por los pandilleros.

Camino a la reelección

El propio Bukele también aseguró tener su propia respuesta. En entrevista con Tucker Carlson en Fox News, el presidente salvadoreño afirmó que su popularidad se explica porque ha cumplido con su deber. "Es lo principal que debería hacer un presidente: trabajar para su país", sostuvo con convicción.

Con los resultados de las encuestas y con el visto bueno de los tribunales para su reelección, Nayib Bukele tiene las elecciones presidenciales de 2024 prácticamente en la mano. Además de ser el presidente mejor valorado de la historia del país, también se convertiría en el primero en repetir mandato desde la promulgación de la actual Constitución en 1983.