Por qué el resultado en Georgia es tan importante

Los demócratas tendrán más poder y presupuesto en el Senado. Los senadores demócratas moderados pierden casi toda su influencia.

Los demócratas han cerrado un ciclo electoral con una victoria en la segunda vuelta en la elección a senador por Georgia. El resultado ha sido mixto: los republicanos han tomado el control de la Cámara de Representantes, aunque por poco margen, y los demócratas tienen más gobernadores, y no necesitarán el voto de la vicepresidenta para tener mayoría en el Senado. ¿Por qué la elección de Raphael Warnock es tan importante?

Lo que estaba en juego es mantener el statu quo anterior a las elecciones, con los 100 senadores repartidos a partes iguales entre los dos grandes partidos, o lo que finalmente ha ocurrido: una mayoría 51-49. Con esa mayoría:

  • Los demócratas tendrán más poder en el Senado. Con un reparto 50-50, los comités tienen tener un igual número de miembros de cada partido. Las votaciones quedan empatadas, y muchas medidas mueren en el proceso. Con un senado 51-49, los demócratas tienen derecho a tener más senadores en los comités. 
  • También tendrán más fácil la elección de jueces. The Heritage Foundation informa que Joe Biden ha podido nombrar en dos años de mandato a 87 jueces federales, a 1 de diciembre del segundo año de mandato. Son 3 más que Donald Trump, y el doble que Barack Obama (43). Con un Senado 50-50, el proceso de aprobación es más largo. Una ventaja demócrata, aunque sea de dos senadores, hará el proceso más rápido.
  • Los presidentes demócratas de comités podrán publicar citaciones a testigos para que declaren ante el Senado, y que presenten documentos, sin que tenga que intervenir un voto republicano. 

Un Senado sin el freno de los moderados

Más allá del reparto del poder entre los dos partidos, esta elección tiene un efecto muy importante dentro de uno de ellos: una mayoría 51-49 implica que el Partido Demócrata no tendrá que negociar con sus senadores más moderados: Joe Manchin (D-WV) y Krystem Sinema (D-AZ). La posición de ambos fue fundamental para reducir la ley de gasto social de 3,5 billones de dólares (trillion) a la ley que salió adelante, llamada Inflation Reduction Bill, cuyo gasto rondará el billón (trillion) de dólares. El nuevo Senado estará mucho más a la izquierda, por la pérdida de poder de los moderados en el Partido Demócrata.

El nuevo reparto de senadores no tendrá efectos dentro del grupo de senadores republicanos. McConnell, pese a estar muy contestado, seguirá siendo el líder de la decreciente minoría republicana en el Senado. 

Derrota de Donald Trump

Pero la derrota de Walker sí tiene efectos en el Partido Republicano. Es una derrota más de un candidato respaldado por Donald Trump. Herschel Walker ha sido muy criticado como candidato dentro y fuera del Partido Republicano. Su derrota se suma a otras de candidatos muy cercanos a Trump, como la de Kari Lake. El expresidente ha hecho pública su candidatura para 2024, en un ambiente de derrota. El fracaso de Walker añade motivos de preocupación de la candidatura de Trump.

Por otro lado, esta elección vuelve a resaltar la importancia de los fondos destinados por cada partido a las campañas. Un informe de AdImpact, recogido en una información de NBC, muestra que el Partido Demócrata destinó el doble de inversión publicitaria que el Partido Republicano: 36,5 millones de dólares frente a 15,3 del GOP. Esta enorme diferencia es resultado del desinterés del establishment del Partido Republicano por el candidato de Trump.

2024

Todavía hay otro motivo para resaltar la importancia de esta elección, aunque para apreciarlo hay que mirar al futuro: a 2024. En las elecciones de noviembre de ese año se presenta la primera clase del Senado, en la que renuevan sus puestos 23 senadores demócratas y 10 republicanos. Es muy difícil que los republicanos pierdan alguno de los 10 senadores en juego, pero es más probable que los demócratas tengan que asumir una pérdida. Habrá que prestar especial atención a los estados de Nevada, Michigan, Pennsylvania, Wisconsin y Arizona, todos en manos demócratas, y Florida, con un senador republicano.