"Brasilero, qué amargado se te ve, Maradona es más grande que Pelé", se escucha de tanto en tanto en las calles argentinas. ¿Será cierto? ¿Fue Maradona más grande que Pelé? Veamos.
Primero, descartemos las comparaciones más sencillas. El brasileño nació antes y era más alto que el argentino. Por lo tanto, en lo que respecta a edad y estatura, claramente podemos asegurar que Pelé fue más grande que Maradona.
Un famoso cantante argentino llamado Rodrigo tenía en su repertorio una canción de alabanza a Maradona. En una parte de la misma, uno podía escuchar que el exfutbolista "al poder enfrentó". Es que en Argentina mucha gente lo cree, e intentan diferenciarlo de Pelé porque éste tuvo un cargo dentro de la FIFA. Sin embargo, el argentino estuvo lejos de "enfrentar al poder"; al contrario: Maradona destacó por coquetear con el poder durante gran parte de su vida.
En su juventud, allá por 1979, visitó al dictador Videla con el resto de la selección sub 20 para recibir las felicitaciones del Gobierno tras haber ganado el Mundial juvenil. Pero tengamos piedad, era demasiado joven, pudo equivocarse. Luego, ya adulto, se fotografió junto a Alfonsín, forjó amistad con Menem –siempre acusado de vender a la Argentina por su "neoliberalismo"– y se mostró ante los medios de comunicación con una camiseta en la que le agradecía a otro tildado de "neoliberal vendepatria": el exministro de Economía Cavallo. También se mostró junto a De la Rúa, luego con Néstor Kirchner y finalmente se declaró admirador de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Su coqueteo con el poder cruzó las fronteras argentinas y no pudo evitar dejarse utilizar como tonto útil también por algunos de los peores regímenes del planeta, como la tiranía castrista de Cuba o la chavista que hoy continúa Nicolás Maduro en Venezuela, que le regaló un contrato millonario en TeleSur por hacer un programa por demás aburrido llamado De zurda.
El amor de Maradona por el poder no terminaba ahí. Vale recordar cuando le dijo a un diplomático iraní en Argentina que él estaba "junto al pueblo de Irán" y que quería "conocer al Ahmadineyad" (expresidente de la República Islámica), a quien también envió una camiseta de regalo.
Maradona no solamente fue más pequeño que Pelé, fue uno de los más pequeños del mundo. Fue de esos que, en efecto, debería ser símbolo de un país. Símbolo de vergüenza.
Entonces, tenemos de un lado a un exmiembro de una organización de fútbol y del otro a un individuo usado como tonto útil por diversos Gobiernos, entre ellos varios dictatoriales. Podemos afirmar en este caso también que Pelé fue más grande que Maradona, y por un amplio margen.
Maradona, en una de sus apariciones televisivas, dijo mofándose: "Pelé debutó con un pibe"; dando a entender que la iniciación sexual del astro brasileño había sido con un muchacho. Si bien no me consta que los dichos del argentino fueran ciertos, tampoco me consta que Maradona tuviera encuentros homosexuales, como se rumoreó. Lo cierto es que tampoco me interesa saber con quién se acuesta cada individuo, siempre y cuando sea de mutuo acuerdo con quien lo haga. Humillar a otro por tener relaciones con personas del mismo sexo es, en realidad, humillarse a uno mismo.
Eso no es más que homofobia, quizás contagiada por los amigos iraníes de Maradona, que persiguen y asesinan a gais por el simple hecho de serlo. De todos modos, si de moralidad se trata, pongamos a ambos exfutbolistas en la balanza: uno cometió el crimen de quizás haberse acostado con un muchacho, mientras que el otro dejó desparramadas mujeres embarazadas por el mundo con hijos que se negaba a reconocer. ¿Quién fue mucho más grande, entonces? Yo creo que Pelé. ¿Usted?
Maradona fue eso. Fue su tatuaje del Che Guevara en el brazo mientras disfrutaba de los mayores lujos allá donde fuera. Fue ese que se acomodaba con el poder, sin importar lo que este hiciese. Fue ese que mostraba odio hacia los medios pero los buscaba porque los necesitaba. Fue ese que debería ser motivo de vergüenza en cualquier lugar donde estuviera, pero que era un símbolo para muchos.
Maradona no solamente fue más pequeño que Pelé, fue uno de los más pequeños del mundo. Fue de esos que, en efecto, debería ser símbolo de un país. Símbolo de vergüenza.
