Las autoridades occidentales parecen empeñadas en discriminar a los solicitantes de asilo cristianos, mientras acogen a los musulmanes.

Las autoridades occidentales parecen empeñadas en discriminar a los solicitantes de asilo cristianos, mientras acogen a los musulmanes.

Recientemente, Alemania –que ha acogido a millones de refugiados del mundo musulmán, entre ellos muchos, no verificados, de Afganistán– negó el refugio a un iraní converso al cristianismo identificado con las iniciales "H.H." y cuyo cuñado había sido encarcelado, torturado y asesinado tras convertirse en su Irán natal. Según un informe del 2 de agosto,

cuando su solicitud de asilo fue rechazada por la Oficina Federal de Migración y Refugiados, H.H. recurrió al Tribunal Administrativo de Greifswald, que desestimó la demanda aseverando que "no era muy probable" que un musulmán decidiera hacerse cristiano después de que su cuñado fuera torturado y asesinado y su mujer maltratada [por convertirse]. Es más probable "suponer que los hechos descritos, si realmente tuvieron lugar, tuvieran un efecto disuasorio sobre terceros", según el tribunal administrativo (...)

Recientemente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se negó a escuchar a Hasán, que ahora se enfrenta a la deportación a un país donde las conversiones pueden ser castigadas con la cárcel.

Al hablar del caso de H.H., una responsable jurídica de ADF International (Alliance Defending Freedom), Lidia Rieder, afirmó:

Irán es uno de los países más peligrosos del mundo para los cristianos, y los conversos corren especial peligro. En el último año, la persecución religiosa ha empeorado notablemente. Los llamados "desviados religiosos" pueden ser condenados a prisión, y se esgrimen cargos relativos a la seguridad nacional (...) para atacar a las minorías religiosas. Los tribunales alemanes deben tenerlo en cuenta a la hora de tramitar las solicitudes de asilo.

Alemania y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no son los únicos que niegan refugio o discriminan a cristianos perseguidos. A lo largo de los años, muchas otras entidades occidentales han tenido un comportamiento similar.

Durante la presidencia de Barack Obama, en el marco de la crisis de refugiados provocada por el auge del Estado Islámico (ISIS), la Casa Blanca y Departamento de Estado fueron acusados de todo tipo de medidas discriminatorias contra los cristianos; hasta el punto de que un tribunal federal de apelación presentó un demanda contra el Departamento de Seguridad Nacional a finales de 2016. En ella, el juez Daniel Manion expresó su "preocupación ante la aparente ausencia de cristianos entre los inmigrantes de ese país [Siria]":

Tal vez el 10% de la población de Siria sea cristiana, y sin embargo menos de la mitad del 1% de los refugiados sirios admitidos en Estados Unidos este año son cristianos (...) Hasta la fecha, no ha habido una buena explicación para esta desconcertante discrepancia.

Más desconcertante era esta otra discrepancia: aunque la Administración estadounidense había reconocido que el ISIS estaba cometiendo un genocidio contra los cristianos en Siria debido a la identidad religiosa de estos últimos, sólo acogió a quienes, por definición, no eran en modo alguno objetivo del ISIS: los musulmanes suníes, con los que el ISIS, una organización suní, se identifica y a los que no ataca. A pesar de que los suníes constituían aproximadamente el 75% de la población de Siria, y los cristianos el 10%, el 99% de los individuos a los que se trajo a Estados Unidos eran musulmanes suníes, y menos del 0,5% eran cristianos.

Como señaló CNS News en 2016: "La cifra récord de 499 refugiados sirios admitidos en EEUU en lo que va de mayo no incluye a ningún cristiano". En otras palabras, incluso si se partiera de la base de que debería haberse puesto a disposición de todos los sirios el estatus de refugiado, independientemente de su religión, entre los que consiguieron el reconocimiento durante el mandato de Obama debería haber habido veinte veces más cristianos y aproximadamente una cuarta parte menos de suníes.

En el Reino Unido se daba una situación prácticamente idéntica. En 2019, The Times afirmaba que el país no daba "refugio a los cristianos" y parecía "discriminar a favor de los musulmanes". Una vez más, las estadísticas confirman la acusación:

De los 4.850 refugiados sirios aceptados en 2017 por el Ministerio del Interior para su reasentamiento, solo once eran cristianos, lo que representa solo el 0,2% (...)

Lord David Alton de Liverpool, miembro vitalicio de la Cámara de los Lores, escribió a Sayid Yavid, el musulmán que entonces dirigía el Ministerio del Interior británico:

Está ampliamente aceptado que los cristianos, que constituían alrededor del 10% de la población siria antes de la guerra, fueron objetivo específico de los rebeldes yihadistas y siguen estando en peligro (...) Como demuestran sobradamente las estadísticas del año pasado, esto [la desproporción entre refugiados musulmanes y cristianos acogidos] no es un dato estadístico. Muestra una pauta discriminatoria y el Gobierno tiene el deber legal de tomar medidas concretas para solucionarlo.

Al igual que en Estados Unidos, la discriminación llegó a ser tan flagrante que lord George Carey demandó al Ministerio del Interior por ser "institucionalmente parcial " contra los refugiados cristianos y, por tanto, cómplice de lo que denominó "la constante crucifixión de los cristianos de Oriente Medio".

La discriminación a la que se enfrentan las minorías cristianas perseguidas comienza mucho antes de que lleguen a las naciones occidentales. Como informó CBN News en 2019,

funcionarios musulmanes de la ONU en Jordania han impedido que los refugiados sirios cristianos reciban ayuda de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Uno de ellos, Hasán, (...) nos contó en una llamada telefónica que los funcionarios musulmanes del campamento de la ONU "sabían que fuimos musulmanes y nos convertimos en cristianos, y nos sometieron a persecución y burla. No nos dejaron entrar en la oficina. Ignoraron nuestra petición". Hasán y su familia están ahora escondidos, temerosos de ser detenidos por la Policía jordana, o incluso asesinados. Convertirse al cristianismo es un delito grave en Jordania.

Según Timothy, un musulmán jordano converso al cristianismo, "los funcionarios de las Naciones Unidas [aparentemente, en Jordania], la mayoría de ellos, el 99%, son musulmanes, y los trataban como a enemigos".

Paul Diamond, abogado británico especializado en derechos humanos, abundó al respecto:

Tienes esta situación absurda en la que el esquema se establece para ayudar a los refugiados sirios y la gente más necesitada, los cristianos que han sido genocidados, ni siquiera pueden entrar en los campamentos de la ONU para conseguir los alimentos. Si entras y dices que eres cristiano o converso, los guardias musulmanes te impedirán entrar, se reirán de ti e incluso te amenazarán... [diciendo cosas como:] "No deberías haberte convertido. Eres idiota. Te lo mereces".

El mismo escarnio sufren a menudo los cristianos que llegan a Occidente. El Ministerio del Interior británico ofrece múltiples ejemplos. En uno de ellos, ridiculizó a una solicitante de asilo iraní en la propia carta de rechazo:

Usted afirmó en su AIR [entrevista para la consecución del asilo] que Jesús es su salvador, pero luego afirmó que no podría salvarle del régimen iraní. Por lo tanto, cabe considerar que no tiene convicción en su propio credo y que su creencia en Jesús es endeble.

Más tarde, la mujer declaró que, cada vez que respondía, su entrevistador del Ministerio del Interior "se reía o tal vez se burlaba (...) Me preguntaba por qué Jesús no me ayudaba frente al régimen o las autoridades iraníes". "En mi país", añadió, "si alguien se convierte al cristianismo, el castigo es la muerte o la ejecución".

En otra carta de rechazo, a otro musulmán converso al cristianismo se le dijo que varios pasajes bíblicos eran "inconsistentes" con su afirmación de que se convirtió al cristianismo porque había descubierto que era se trataba de un credo "pacífico". En la misiva incluso se citaban pasajes bíblicos –del Éxodo, el Levítico, Mateo y el Apocalipsis– para argumentar que la Biblia es violenta, y se concluía:

Estos ejemplos no concuerdan con su afirmación de que se convirtió al cristianismo tras descubrir que es una religión "pacífica", a diferencia del islam, que contiene violencia, rabia y venganza.

El Ministerio del Interior británico no sólo denegó la entrada a tres líderes cristianos –arzobispos admirados por sus heroicos esfuerzos en la ayuda a los cristianos perseguidos en Siria e Irak, y que habían sido invitados a asistir a la consagración de la primera catedral siria del Reino Unido, acontecimiento al que asistió el entonces príncipe Carlos–, sino que se burló de ellos diciéndoles: "No hay sitio en la posada".

Incluso en el caso más reciente de H.H. –el iraní al que se le denegó el asilo en Alemania–, la ridiculez era evidente en la conclusión de las autoridades: debía estar mintiendo, razonaron, porque por lo visto ninguna persona en su sano juicio seguiría siendo cristiana o se convertiría tras ver asesinar a un pariente por converso.

Mientras que los pocos cristianos que solicitan asilo son sometidos a un gran escrutinio y se les ponen trabas, millones de solicitantes musulmanes son acogidos en Occidente sin ninguna dificultad, y la mayoría sin ser siquiera investigados (v. aquí y aquí).

La misma Alemania que denegó la entrada a H.H. y lo devolvió a Irán, a una posible tortura y muerte, en 2015 acogió más de un millón de inmigrantes musulmanes y, en 2021, después de la solicitud de H.H., a diez mil afganos no investigados –aunque Afganistán es posiblemente la nación más hostil a los cristianos.

De nuevo, se trata de personas que, por definición, no podrían haber sufrido persecución religiosa en su país, por ser musulmanas, por no mencionar que muchas de ellas comparten la inclinación de los talibanes por la violencia y el extremismo.

Bajo la Administración Biden –que además ha sido acusada de impedir deliberadamente que las minorías cristianas escapen de Afganistán–, en 2022 se ha concedido asilo en Estados Unidos a más de 74.000 afganos no investigados, y muchos de ellos parecen haber traído consigo  actitudes de las que supuestamente huyen.

En el Reino Unido, a Ahmed Hasán se le concedió el asilo dos años antes de que perpetrara un ataque terrorista en una estación de tren de Londres (septiembre de 2017) en el que resultaron heridas 30 personas, a pesar de no tener papeles y de decirle al Ministerio del Interior que "había sido adiestrado como soldado del ISIS". El Ministerio del Interior británico también permitió a un clérigo musulmán extranjero ingresar al país y dar una conferencia en la capital, pese a que abogaba por decapitar, quemar y despeñar a los homosexuales. Según otro informe,

hay adolescentes británicas que son obligadas a casarse en el extranjero, y son violadas y embarazadas, mientras el Ministerio del Interior 'hace la vista gorda' y entrega visados a sus maridos [mayoritariamente musulmanes].

El caso de Asia Bibi –esposa y madre cristiana de cinco hijos que pasó una década en el corredor de la muerte en Pakistán por desafiar la autoridad de Mahoma– es quizá el que más luz arroja sobre la situación de la inmigración en el Reino Unido. Aunque finalmente fue absuelta en noviembre de 2018, cuando los paquistaníes residentes en Gran Bretaña se enteraron de que el Reino Unido iba a ofrecerle asilo, se amotinaron en masa.

Como consecuencia, la entonces primera ministra Theresa May bloqueó personalmente la solicitud de asilo de Bibi, "a pesar de que el Reino Unido acogió a secuestradores, extremistas y violadores [musulmanes] ", según se leyó en un titular de prensa. En otras palabras, el Reino Unido estaba permitiendo abiertamente que "la política de asilo fuera dictada por una turba paquistaní", informó The Guardian, "después de que se confirmara que se instó al Ministerio del Interior a no conceder a Asia Bibi asilo político".

Ahora bien, el Ministerio del Interior permitió que un clérigo paquistaní que celebró la matanza de un político por haber defendido a Bibi –un clérigo tan extremista que fue proscrito en su propio país– acudiera al Reino Unido y dictara conferencias en mezquitas.

Al hablar de cómo "se concedieron visados [por parte del Ministerio del Interior] en julio [de 2016] a dos líderes islámicos paquistaníes que han llamado el asesinato de los cristianos acusados de blasfemia", un activista de derechos humanos, el Dr. Martin Parsons, expresó su frustración:

Es increíble que a estos cristianos perseguidos que vienen de la cuna del cristianismo se les diga que no hay sitio en la posada, cuando el Reino Unido está dando la bienvenida a islamistas que persiguen a cristianos.

En Occidente, a los cristianos perseguidos no se les permite solicitar asilo, mientras que los musulmanes extremistas son recibidos con los brazos abiertos.

© Gatestone Institute