Un nuevo informe expone la base fraudulenta de la medicina transgénero pediátrica

Dos estudios holandeses que contienen "fallas metodológicas" son los esquemas que se usan en EEUU para crear los protocolos de cambio de sexo en los niños.

El American College of Pediatricians (ACPeds) pidió a diversas organizaciones que "reconsideren los protocolos actuales" de transición de género en niños debido a que están basados en estudios que contienen "fallas metodológicas" y que "nunca deberían haberse utilizado en entornos médicos".

En un informe, llamado El mito de la 'investigación confiable' en medicina pediátrica de género, un grupo de científicos estadounidenses expone cómo dos estudios holandeses, que formaron la base de la industria transgénero en el país, caen "inaceptablemente" por debajo de los estándares de investigación modernos.

"La base fraudulenta de la medicina transgénero pediátrica"

Michelle Cretella, exdirectora ejecutiva de ACPeds, confirmó que "toda la industria transgénero pediátrica se basa en los dos estudios holandeses". Y resaltó la importancia y lo "fundamental" que es el informe estadounidense, ya que en él se  "expone la base fraudulenta de la medicina transgénero pediátrica en los EEUU".

Además, apuntó que "las élites multimillonarias promueven la ideología trans por encima de la verdad en todas las instituciones públicas y plataformas de medios". Porque "las intervenciones trans requieren mucho dinero" y es una forma de controlar a la población.

Fallas importantes en el estudio

Los investigadores estadounidenses defendieron que los estudios holandeses (de 2011 y 2014) contienen "sesgos metodológicos" y limitaciones "no controladas" que anulan los resultados obtenidos. El autor del estudio, Stephen B. Levine, declaró:

No tuvimos prejuicios, sólo estamos respondiendo y tratando de articular las limitaciones de los estudios (...) Estamos dañando a un porcentaje desconocido de niños, y los datos que respaldan este trabajo no abordan realmente el problema. El problema real aquí es qué les sucede a estos niños cuando llegan a los 20 y 30 años (...) Los jóvenes que han pasado por una 'transición' hormonal y quirúrgica tienen grandes obstáculos para su felicidad y productividad más adelante en la vida,

Las tres principales fallas metodológicas que exponen Levine y su equipo son las pocas personas que finalizaron el protocolo de la investigación, la idea errónea de que la afirmación de sexo es una cura a la disforia de género y la poca examinación de los riesgos de las cirugías de cambio de sexo:

  1. Los autores del estudio registraron únicamente los casos con los mejores resultados.
  2. Concluyeron -sin evidencia- que la disforia de género desaparecía sólo si los jóvenes se medicaban con bloqueadores de pubertad y lo llamaron "resolución de la disforia de género".
  3. No examinaron adecuadamente los riesgos de las intervenciones quirúrgicas, que desencadenaron efectos "desastrosos".

Levine expone que la investigación inicial tuvo 196 participantes y 70 quedaron el protocolo, de estos, sólo 55 completaron el proceso. Además, "los investigadores holandeses solo tomaron niños sanos de familias comprensivas y razonablemente sanas". Y afirmó que "después de que las personas se someten a cirugías de reasignación de sexo... quieren más cirugías, es muy claro que tienen disforia de género continua. La idea de que están siendo 'curados' por el cuidado afirmativo es un artefacto, es un mito"

Una investigación "de muy baja calidad"

Los estudios influyeron en la creación de un movimiento global llamado "cuidado de afirmación de género". Y promocionaron el gran éxito de la intervención médica de la transición sexual en jóvenes. Esto resultó en la experimentación con hormonas y, en algunos casos, en mutilaciones irreversibles en los adolescentes:

Si estos estudios se hubieran publicado hoy, la investigación habría sido reconocida como de muy baja calidad y no habría fomentado el uso de bloqueadores de la pubertad, hormonas del sexo equivocado y cirugía en niños y adultos jóvenes confundidos en medicina general.

Los científicos pusieron en evidencia "el riesgo significativo de daño que expuso la investigación holandesa" y concluyeron que incide en un aumento de jóvenes con problemas psiquiátricos:

Discutimos el riesgo significativo de daño que expuso la investigación holandesa, así como la falta de aplicabilidad del protocolo holandés a la incidencia actualmente en aumento de jóvenes con problemas psiquiátricos.

Levine critica que aunque a pesar de saberse que los estudios holandeses tenían un sesgo de selección y múltiples variables no controladas, se aplicaron ampliamente en los EEUU y "el mundo tomó esto como evidencia científica" y no se prestó atención a los factores culturales, interpersonales, psicológicos y de desarrollo de cada población:

Los investigadores holandeses del estudio solo tomaron niños sanos de familias comprensivas y razonablemente sanas (...) Evaluaron cuidadosamente a los niños, por lo que si tenían problemas importantes de desarrollo, no se los incluía en los estudios. Pero en los EEUU, la gran mayoría de estos niños tienen antecedentes de problemas psiquiátricos antes de desarrollar disforia de género. Los holandeses rechazaron a estos niños de su investigación.