Nicaragua: la dictadura sandinista detiene al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez

Álvarez permanecía retenido por la fuerzas represoras de Ortega desde hacía 16 días en la sede episcopal.

La Policía del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua se llevó detenido al obispo Rolando Álvarez. La irrupción de las fuerzas sandinistas sucedió a las 3:00 a.m. hora local en la palacio episcopal de Matagalpa. Álvarez permanecía retenido desde hace 16 días en la sede episcopal junto a diez de sus colaboradores.

La información fue difundida en la cuenta de Facebook de la Diócesis de Matagalpa.

Cuando escucharon sonar las campanas de la iglesia, cientos de personas se acercaron al lugar para intentar resguardar la seguridad del Monseñor Álvarez. Sin resultado alguno, los seguidores del obispo regresaron a sus residencias. Según confirman medios locales.

Por ahora no se sabe el lugar donde se encuentra Monseñor Rolando Álvarez. Los periodistas locales que han estado informado sobre la situación, señalaron que los demás sacerdotes también fueron secuestrados.

 

 

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) indicó en un mensaje en Twitter su condena al secuestro del sacerdote Álvarez.

El arresto de Álvarez se produce después de que el Ministerio Público de Nicaragua pidiera un plazo de hasta 90 días de prisión para ampliar una investigación contra el sacerdote Óscar Danilo Benavidez Dávila, detenido desde el domingo pasado por un caso aún no precisado. El Estado de Nicaragua se considera ofendido por el sacerdote Benavidez aunque el expediente judicial no especifica el presunto delito que se le investiga al religioso. Según reseña la agencia de noticias EFE

Persecución a la Iglesia Católica

El obispo Rolando Álvarez ha sido de los miembros de la Iglesia más asediados por las fuerzas represivas de Daniel Ortega en Nicaragua. Desde hace semanas varias patrullas de policía mantenían bloqueadas las calles cerca de su residencia en Matagalpa. Las fuerzas sandinistas justifican la investigación a Álvarez por intentar organizar grupos violentos e incitar al odio con el propósito de desestabilizar Nicaragua. El obispo fue punto de mira de Ortega tras denunciar la decisión de las autoridades de cerrar cinco emisoras católicas y exigir al gobierno que respete la libertad religiosa.

El Gobierno de Ortega tilda a los obispos católicos de "terroristas", desde que la Iglesia actuara como mediadora en un diálogo que buscó la salida de la crisis de Nicaragua en el año 2018. En menos de cuatro años, la Iglesia nicaragüense sufrió 190 ataques y profanaciones, entre los que destacan amenazas de muerte y agresiones con bombas molotov, de acuerdo con la investigación de la abogada Martha Molina Montenegro.