Más armas, menos crímenes: en Brasil se salvaron 20.000 vidas por la caída en el número de homicidios

Los datos se refieren a la reducción en este tipo de crímenes violentos en un 34% en 2021.

El 21 de junio del año 2000, superados ya los temores por el "error del milenio", The New York Times mostraba su preocupación por otros motivos. Uno de ellos era el del lacerante aumento de la criminalidad en Brasil. Decía el diario neoyorkino:

Ante la creciente alarma social por la ola de criminalidad, el gobierno brasileño decretó hoy la prohibición inmediata de la venta de armas de fuego. La medida forma parte de un "plan de seguridad nacional" de 1.700 millones de dólares destinado a reducir la violencia urbana y reformar la policía durante los próximos tres años.

El paquete de seguridad, que el Presidente Fernando Henrique Cardoso anunció hoy en un discurso televisado a nivel nacional, incluye también 185 millones de dólares que se destinarán sólo este año a mejorar la formación y el equipamiento de la policía estatal y municipal. Las fuerzas policiales locales de este país de 175 millones de habitantes están consideradas como de gatillo fácil, corruptas e incompetentes, con muchos agentes que apenas saben leer y escribir y que ganan sueldos de 300 dólares al mes o menos.

El razonamiento parecía impecable. Si hay un problema de criminalidad, y los criminales utilizan armas, prohibir la venta de armas hará que los criminales no puedan llegar a comprarlas, su actividad será menos efectiva y el crimen bajará.

Aumenta la delincuencia

Lo cierto es que no pasó eso. Según los datos oficiales, recogidos por el Banco Mundial, la tasa de homicidios era en 2000 de 26 cada 100.000 habitantes, después de haber subido durante ocho años consecutivos. Pero tras adoptarse la medida, la tasa de homicidios ha seguido subiendo, con altibajos, hasta el año 2017 (31 homicidios por cada 100.000 habitantes). No obstante, la tasa de homicidios ha caído en los años siguientes: 27 en 2018, 21 en 2019, y 22 en 2020.

¿Más armas, más crímenes?

Precisamente para luchar contra la incidencia del crimen, el presidente Jair Bolsonaro aprobó la medida contraria a la de Cardoso: Permitir la tenencia y uso privado de las armas, dentro de la ley. Los temores de los críticos con la medida del presidente Bolsonaro se basan en la presunción de que la medida que abre la mano con la compra de armas hará que los criminales tengan más fácil comprarlas. Y, con más medios, podrán cometer más crímenes.

Según The Wall Street Journal, "Los expertos en violencia afirman que añadir más armas a la mezcla sin abordar las causas fundamentales de la delincuencia sólo hará que la tasa de asesinatos aumente más rápidamente".

El razonamiento es lógico, pero no suficiente. Hay elementos de la realidad que no considera. Por ejemplo, los criminales no dejan de comprar armas si esa actividad es ilegal. Si necesitan las armas para saltarse la ley en otros ámbitos, no la respetarán en este. Es más, las armas ilegales tienen la ventaja de que no se puede rastrear su compra, por lo que aunque esté legalizada la venta de armas, siempre preferirán el mercado negro. La legalización no supone ampliar las posibilidades de acción de los criminales. 

Cinco veces más ciudadanos armados

Sin embargo, la legalización sí afecta a las personas que cumplen la ley. Y la liberalización de las armas aprobada bajo el gobierno de Bolsonaro ha tenido un efecto muy importante. El número de civiles legalmente armados ha pasado de 117.000 a 673.000. En la actualidad, hay más ciudadanos legalmente armados que policías (algo más de 400.000).

La cuestión, entonces, es saber qué efecto tendrá que se haya extendido la posesión de armas en un país con tan altos índices de criminalidad. Los pocos datos que hay actualizados muestran que, al menos, el número de muertes por armas de fuego no ha aumentado

Jair Bolsonaro llegó a la presidencia el 1 de enero de 2019, y el mismo mes aprobó un decreto que facilitaba la compra de armas. La medida ha tenido un enorme éxito, en el sentido de que el número de poseedores se ha multiplicado por cinco en apenas tres años. Pero ¿ha reducido el crimen?

20.000 vidas salvadas

Si es cierto lo que decía The Wall Street Journal, cabe pensar que "los expertos" que preveían un aumento en el número de crímenes no conocían bien la cuestión, o simplemente estaban equivocados.

Según los datos oficiales de 2021, la tasa de homicidios ha caído al número más bajo en 15 años. Ha caído un 34% hasta los 18,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, de modo que se han salvado más de 20.000 vidas. No se trata sólo de los homicidios; "el número de robos de banco ha caído un 36% en 2021", dice el Gobierno. En el año 2019, se produjeron 45.503 homicidios. En 2017 llegaron a producirse 65.602.