Camerún-Serbia: locura sin premio

Africanos y europeos empatan (3-3), un resultado que deja a ambas selecciones con un pie fuera del Mundial.

A pesar del miedo a un temprano adiós al Mundial, Camerún y Serbia regalaron a los aficionados un partido lleno de goles (3-3) y ocasiones que, sin embargo, deja a ambas selecciones más cerca de la eliminación.

Ambos conjuntos llegaron a su duelo tras perder sus respectivos encuentros de la primera jornada. La derrota de cualquiera de los dos significaba su eliminación y eso, a pesar del resultado, se dejó notar durante el partido. La selección africana, además, llegaba en plena polémica por la expulsión de su portero titular, André Onana, de la concentración al no amoldarse su estilo a lo que el seleccionador nacional, Rigobert Song, requiere de un arquero.

Aunque las primeras ocasiones fueron para los europeos, los Leones Indomables se adelantaron en el marcador tras aprovechar un error de los serbios, que regalaron un córner.  Casteletto remató un balón peinado por Nkolou en el primer palo.

Remonta Serbia

A partir de aquí, Serbia se volcó en buscar el empate, con más corazón que acierto, y a punto estuvo de costarle la sentencia, pero los africanos desperdiciaron un mano a mano y el posterior rechace. El susto espabiló a los balcánicos, que dieron la vuelta al partido en apenas tres minutos antes del descanso, con goles de Pavlovic y Sergej.

Aboubakar revoluciona el partido

Tras el descanso, el conjunto serbio salió a finiquitar el partido y fue recompensado por un tanto de Mitrovic. El atacante serbio, que había perdonado varias ocasiones en la primera parte, consiguió anotar lo que parecía el gol de la tranquilidad y que daba esperanzas a los europeos de continuar en el torneo.

La Salida de Aboubakar del banquillo dio otro impulso a los cameruneses, que acortaron distancias gracias a un precioso gol de vaselina del delantero a los 6 minutos de saltar el campo. Poco después, una asistencia del mismo Aboubakar permitió a Choupo-Mouting empujar a la red el empate con el que finalizaría el encuentro. Una delicia para los aficionados que deja a ambas selecciones con remotas posibilidades de superar la primera ronda.