Las políticas contra las fuerzas del orden impulsadas por los funcionarios demócratas después de la muerte de George Floyd en 2020 han generado una disminución en el número de agentes activos que luchan contra el crimen. Mediante una ola de jubilaciones, renuncias y dificultades de reclutamiento, los oficiales "creen que están preparados para fracasar", según señala el Daily Wire.
En Durham, Carolina del Norte, En 2020, la alcaldesa interina, Jillian Johnson, dijo que "la policía se estableció como una institución supremacista blanca, que se creó para vigilar a los negros y proteger la propiedad de los blancos". Como resultado de sus medidas, la ciudad redujo sus agentes en un 13%.
Reducción de las fuerzas policiales
Un ejemplo claro es la ciudad de Nueva York, tiene la fuerza policial más grande del país - más de 35.000 uniformados- y perdió casi 1.100 oficiales en 2021 por renuncias o jubilaciones, es la cifra más alta en el último año para el que se conocen datos oficiales. La ciudad recortó su presupuesto policial para ese año en mil millones de dólares, como parte del movimiento de desfinanciar a la policía.
The New York Post informó de forma independiente que 2.465 agentes del Departamento de Policía han presentado sus papeles para dejar la agencia en lo que va de 2022. Esto incluye 1098 agentes que lo hizo antes de tener derecho a sus pensiones completas.
A la Gran Manzana le siguen lugares como Minneapolis, con una reducción del 24% de su cuerpo policial; Louisville, Kentucky (17%); Portland, Oregón (15%) y Seattle, con una baja de 1 de cada 5 agentes.
Las fuerzas del orden "demonizadas"
El presidente de la Orden Fraternal de la Policía (FOP), Patrick Yoes, alertó hace unos meses de la existencia de "una crisis" en la estructura de las fuerzas policiales. Según sus palabras, los agentes abandonan sus puestos de trabajo a un ritmo nunca antes visto. Además, señaló que la policía ha sido demonizada, lo que "ha erosionado la propia confianza de la institución":
Vemos que los agentes de la ley abandonan nuestra profesión a un ritmo que nunca antes habíamos visto. Debido a las acciones, y a la agitación que se ha producido en los últimos dos años, ahora mismo tenemos una crisis de mano de obra... Las fuerzas del orden han sido demonizadas por muchos. Ha creado una grieta dentro de este país y ha erosionado la propia confianza de la institución y la profesión de las fuerzas del orden. Y lo estamos pagando. Lo estamos pagando con el aumento de la delincuencia. Y también lo estamos pagando en los agentes de la ley.
A nivel nacional, el año pasado las ciudades con más de 500.000 habitantes tenían de media 2,54 policías por cada 1.000 personas, frente a 2,75 en 2018, según datos recopilados por el FBI en los departamentos de policía de todo el país. No obstante, en el año 2000, la tasa era de 3,31.
Ian Prior, un exfuncionario del Departamento de Justicia en la Administración Trump, le dijo a The Daily Wire que los movimientos contra la policía han afectado la cantidad de personal, tanto como los recortes presupuestarios reales:
El hecho de que veamos a los oficiales de policía renunciar es una consecuencia directa de la agenda woke de la extrema izquierda para no solo recortar recursos, sino también difamar y degradar a las fuerzas del orden y, como resultado, hacer que esos trabajos sean más difíciles y peligrosos.
Prior afirmó que los fiscales progresistas "blandos con el crimen" que cambian las leyes para beneficiar a los delincuentes, hacen que la policía sienta que su trabajo es en vano, lo que también influye en su desempeño y entusiasmo.
