Las empresas siguen huyendo de California a Texas

Chevron, CB Richard Ellis, Hewlett Packard u Oracle están entre las empresas que no han podido continuar en el estado gobernado por Gavin Newsom.

Las empresas huyen del estado dorado hacia Texas. El California Policy Center elabora una lista con las empresas que abandonan el estado dorado hacia estados más amables con la actividad empresarial. El California Book of Exoduses es una base de datos en la que documenta los cambios de domicilio de las empresas que abandonan California hacia estados más propicios para la actividad económica. 183 empresas han dejado al Estado Dorado.

La primera empresa de la que se tiene noticia que abandonara el estado lo hizo en 2005, pero el éxodo es muy reciente: 165 compañías, el 90% de las contabilizadas por el California Policy Center, se han ido de California desde 2018; 32 en lo que va de año. 

Casi la mitad emigra a Texas

Con diferencia, el Estado que más empresas ha acogido de ese éxodo es Texas, con 88 de las 183 empresas; es casi la mitad, el 48%. 13 se han ido a Florida, 10 a Tennessee, 9 a Arizona, otras 9 a Colorado y 7 a Carolina del Norte. Nevada, Virginia o Nueva York están entre los estados que estas empresas consideran más interesantes para desarrollar el negocio que California. 

No es sólo el número de empresas que se van a Texas, sino que con diferencia es el estado preferido de las empresas más grandes de las que abandonan California. Entre las empresas que no han resistido la combinación de impuestos y regulación de California se encuentran CB Richard Ellis, con unos ingresos en 2021 de 27.746 millones de dólares, o Hewlett Packard, con unos ingresos prácticamente iguales (27.784 millones).

Empresas y particulares

Se han ido a Texas, como lo ha hecho Charles Schwab, con 18.520 millones en ingresos. Lo mismo ocurre con Chevron, que ingresó el pasado año 162.465 millones, y que es ya una empresa tejana. Oracle se ha ido al estado de la estrella solitaria. Sus ingresos superaron en 2021 los 40.000 millones de dólares. 

No son sólo empresas, sino personas que tienen una gran capacidad de generar ingresos. Es el caso de quien era el hombre más rico del mundo hasta hace poco: Elon Musk se ha ido a Texas, como ha hecho Joe Rogan. Gene Simmons se ha mudado a Nevada, Hillary Swank a Colorado, y Ben Shapiro a Florida.

Hollywood ha pasado de ser una Meca, a ser la zona cero para los ricos actores de cine. Los impuestos y regulaciones, el coste de la vivienda y la seguridad anima a muchos a abandonar el Estado. Ozzy Osbourne abandona Los Ángeles y vuelve al Reino Unido por la incidencia del crimen. Más allá de la huida de los actores de Hollywood, hay una creciente tendencia a abandonar el estado.

“Políticamente favorable a las empresas”

Just the News, que se ha hecho eco del informe del CPC, ha recogido unas declaraciones del portavoz de una de las empresas que han encontrado en Texas un entorno favorable para su actividad. Se trata de Brandon Buschold, presidente de Integrated Defense Products:

Texas es políticamente, por naturaleza, un estado extremadamente favorable a las empresas. Con una mano de obra altamente cualificada, programas comerciales en marcha, un coste de la vida razonable y una presión fiscal general más baja, IDP estará estratégicamente posicionada para centrar sus esfuerzos en la creación de un equipo más fuerte, al tiempo que sigue apostando por las nuevas tecnologías.

California pierde a “los gigantes del mañana”

JtN cita un informe de la Tax Foundation según el cual los californianos que se muden a Texas pagarán en torno a un tercio menos en impuestos. De hecho, según el State Business Tax Climate Index de 2023 elaborado por la Tax Foundation, Texas ocupa el puesto 13 de todo el país. Ha subido un puesto, ya que en el anterior informe ocupaba el 14. California, por su parte, repite en el puesto 48 donde ya estaba en el informe de 2022. 

Los autores de este informe advertían ya el pasado año: 

California está experimentando una grave pérdida de sedes de empresas que se trasladan a otros estados. Este fenómeno, que afecta a empresas de casi todos los sectores, ha pasado prácticamente desapercibido para los cargos electos y los organismos gubernamentales del estado. A menos que las reformas políticas inviertan este curso, California seguirá perdiendo empresas, tanto grandes empresas establecidas como empresas jóvenes de rápido crecimiento, algunas de las cuales se convertirán en los gigantes transformadores del mañana.