La elevada inflación obliga a los consumidores a comprar en supermercados más económicos

Un estudio del BofA señala que "el gasto real en comestibles por hogar se ha desacelerado". Disminuye el dinero gastado, y la cantidad de transacciones sigue siendo la misma.

Un nuevo informe de Bank of America Institute (BofA) reveló que los consumidores estadounidenses están modificando sus hábitos de gasto y el lugar donde compran sus alimentos debido a la alta inflación persistente y a los 19 meses de crecimiento salarial real en negativo. 

Titulado "Intercambio de supermercados", el estudio sobre tendencias de consumo encontró que los usuarios están "negociando a la baja". Es decir, escogiendo la compra de artículos menos costosos dentro de la misma categoría de producto, algunos de ellos migrando de supermercados más costosos a menos costosos. Según señala BofA:

Los consumidores de ingresos medios y altos tienen más margen para cambiar el gasto a versiones menos costosas de los artículos, ya que es más probable que estén comprando en tiendas de comestibles menos costosas. Para los consumidores de mayores ingresos, el gasto en supermercados en octubre de 2022 aumentó un 22% en relación con enero de 2019.

Supermarket Swap 12-2022/ BofA

Baja el "gasto real en comestibles"

El estudio, basado en datos de los clientes y sus compras con las tarjetas, señaló que en el pasado mes de octubre "el gasto real ajustado a la inflación en comestibles por hogar se ha desacelerado sustancialmente desde 2021 y ha estado por debajo de los niveles de 2019". No obstante, ‎la cantidad de transacciones realizadas por hogar aún se mantiene en línea con 2019.

Esto indica que "el gasto real en comestibles por hogar en cada transacción ha disminuido significativamente". Es decir, el consumidor sigue comprando con la misma frecuencia en el supermercado, pero modificó sus hábitos de gasto para comprar artículos más económicos.

BofA apunta que es más probable que los consumidores de ingresos medios y altos sean los que hagan la "rotación" a comprar los mismos artículos más baratos, ya que las personas de ingresos más bajos ya están acostumbradas a siempre buscar los precios más bajos.

El informe se enfocó en hogares con ingresos anuales de 50.000 dólares a 100.000 dólares al año.