Irán está montando su propio 'ISIS online' en Estados Unidos

Los esfuerzos de Teherán por crear su propio cuadro de 'lobos solitarios' chiíes pueden estar funcionando. Y puede que lo peor esté por venir.

El apuñalamiento de Salman Rushdie por parte de un musulmán chiita libanés de Nueva Jersey puede ser la culminación de los esfuerzos de Irán por imitar a Al Qaeda y al ISIS construyendo su propia red terrorista online para llevar a cabo atentados dentro de los Estados Unidos de América. Los últimos informes indican que Hadi Matar, el agresor de Rushdie, había estado en contacto con miembros de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI).

La reciente imputación de un miembro de la red terrorista de los CGRI por solicitar el asesinato del exconsejero de Seguridad Nacional John Bolton nos da una imagen de la forma en que Teherán ha puesto en la mira a exmiembros de la Administración Trump.

El agente de los CGRI entabló relación con un irano-americano en las redes sociales ofreciéndole inicialmente 10.000 dólares por unas fotos de Bolton. Se trata de una forma conocida de espionaje, en la que un espía extranjero solicita a un estadounidense que realice un acto aparentemente inofensivo y legal, a menudo relacionado con la fotografía, como tomar imágenes de personas o coches, pero que luego se revela como espionaje cometido a instancias de una potencia extranjera. Entonces al chivo expiatorio se le dice que puede elegir entre cometer delitos más graves o ser entregado al FBI como espía.

Los rusos y los chinos operaban habitualmente de esta manera (lo que también ayuda a explicar el gran número de espías chinos en Estados Unidos, ya que los nacionales de la China comunista que vienen aquí se ven obligados a firmar papeles en los que se comprometen a cooperar con los servicios de inteligencia de Pekín, lo que resulta en una fuente de influencia y chantaje), y ahora parece que Irán ha pillado el mismo truco.

El agente del los CGRI prometió que Irán pagaría 250.000 dólares por que se atropellara a Bolton con un coche. Indicando que los iraníes ya tenían su propia operación de vigilancia que no querían comprometer, los CGRI afirmaron que Bolton solía pasear a solas por el parque.

La acusación y el apuñalamiento de Rushdie arrojan luz sobre algunos incidentes misteriosos, como el de una mujer iraní de Berkeley que hizo embaucó a un estadounidense en un sitio de citas, se reunió con él en una habitación de hotel de Henderson, Nevada, y luego lo apuñaló en el cuello, en "venganza contra las tropas estadounidenses por la muerte de Qasem Soleimani". La muerte del líder terrorista de los CGRI ha sido el pretexto para diversos complots terroristas contra personal militar norteamericano y miembros de la Administración Trump.

Los medios de comunicación desestimaron el apuñalamiento de marzo como un comportamiento extraño. Los medios sugieren que la apuñaladora era una enferma mental. Pero Henderson está cerca de la base aérea de Nellis, que alberga el MQ-9 Reaper: el mismo modelo que se utilizó para abatir a Soleimani. El ataque parecía formar parte de un esfuerzo sistemático para ir a por un piloto de drones de la Fuerza Aérea norteamericana, atraerlo a una habitación de hotel, vendarle los ojos y luego matarlo. Era un plan terrorista que sólo parece ridículo porque fracasó.

Desde luego, no es la primera vez que Irán intenta pagar por que se asesine a gente en Estados Unidos. Hace una década, los CRGI planearon matar al embajador saudí con una bomba en el Café Milano, prestigioso restaurante del DC frecuentado por senadores, recurriendo a un vendedor iraní de coches usados radicado en Texas, en un complot que se organizó mediante reuniones en México.

Una década más tarde, internet hace que no sean necesarios los viajes internacionales. Los agentes terroristas de Irán pueden solicitar a los musulmanes chiitas de este país que cometan atentados sin ningún correr el menor riesgo.

Al menos para los CGRI.

El fracaso de las tramas terroristas de Al Qaeda tras el 11-S, en medio de la invasión de Afganistán, llevó al grupo terrorista a abandonar su premisa fundacional de servir como La Base y a deslocalizar el terrorismo a través de internet. MySpace se creó unos meses antes de la invasión de Irak. Un año después surgió Facebook. El Terrorismo 2.0 tardó más en llegar que la Web 2.0, pero estuvo cerca.

La gran mayoría de los ataques terroristas de Al Qaeda y el ISIS ya no requerían los costosos y peligrosos preparativos -de viaje y entrenamiento- que habían desbaratado tantas operaciones anteriores. La mayoría de los atentados deslocalizados fracasaron cuando los yihadistas se pusieron en contacto con el ISIS y Al Qaeda sólo para conectar con el FBI, pero unos cuantos, recuérdese Boston, San Bernardino, Nueva York y Orlando, tuvieron un éxito espectacular. El mismo impulso deslocalizador que había convertido a Uber y Airbnb en empresas multimillonarias hizo que la yihad dejara de tener riesgos y fuera asequible para las organizaciones terroristas. Los atacantes eran denominados "lobos solitarios", pero en realidad eran los conductores de Uber de la Yihad.

Si Irán está trabajando para duplicar su propia versión del sistema de entrenamiento y reclutamiento online de Al Qaeda e ISIS, la amenaza para los estadounidenses podría ser mucho más grave que el apuñalamiento de un escritor disidente en Nueva York.

El crowdsourcing online libera a Irán de la necesidad de arriesgar las redes terroristas más rentables. Hay pruebas de que el Estado islámico terrorista está pidiendo a los iraníes y a los musulmanes chiitas de Estados Unidos, a través de las redes sociales, que les hagan el trabajo sucio a cambio de importantes sumas de dinero. Se desconoce si el ataque a Rushdie se produjo de esta manera, pero las redes sociales del autor estaban llenas de propaganda yihadista iraní. Eso lo habría convertido en un probable objetivo de reclutamiento.

Si Irán está trabajando para duplicar su propia versión del sistema de entrenamiento y reclutamiento online de Al Qaeda e ISIS, la amenaza para los estadounidenses podría ser mucho más grave que el apuñalamiento de un escritor disidente en Nueva York o de un hombre embaucado en una cita en Nevada.

Los agentes iraníes han llevado a cabo asesinatos de disidentes en Europa, pero se han mostrado cautelosos a la hora de poner el pie en Estados Unidos. A pesar de nuestra debilidad y de sus fanfarronadas, Irán todavía nos teme y respeta más que a Europa. Pero puede que esto se acabe, a medida que el país se debilite y nuestra sociedad se fracture aún más. Por ahora, Teherán prefiere llevar a cabo ataques recurriendo a activos extranjeros desechables. Y una vez que esa capacidad exista y haya sido suficientemente probada, podría utilizarse para ataques terroristas masivos.

Incluso de tipo nuclear.

La Administración Biden se apresura a cerrar un acuerdo con Irán que legitime su programa de armamento nuclear, incluso mientras los CGRI siguen planeando ataques terroristas en EEUU. La propuesta "innovadora" de Obama de desvincular un acuerdo nuclear del terrorismo nos dejó negociando malamente con un régimen que no ocultó su determinación de matar estadounidenses.

El crowdsourcing de la yihad crea una mayor distancia entre Estados patrocinadores y financiadores del terrorismo, perpetradores y víctimas. La masacre en el club nocturno gay Pulse y el atentado de la maratón de Boston se pueden atribuir a individuos, sólo de forma remota a los grupos terroristas islámicos que proporcionan información y entrenamiento, y apenas a los Gobiernos que están detrás de ellos.

A Irán le gustaría replicar este modelo, sabiendo que la moral de Estados Unidos es mucho más débil que sus capacidades militares y de inteligencia y, que si hay la suficiente denegación plausible, no haremos nada incluso ante los peores ataques, como el del 11 de Septiembre. No hay más que preguntar a Qatar y a los saudíes.

El aumento gradual del terrorismo doméstico vinculado a Irán es una advertencia de que los esfuerzos de Teherán por crear su propio cuadro de "lobos solitarios" chiíes a través de internet pueden estar funcionando. Y de que puede que lo peor esté por venir.

© Gatestone Institute