Escocia da marcha atrás y no enviará presos trans a cárceles de mujeres

El Gobierno de Nicola Sturgeon cede tras la polémica suscitada por la presencia de un violador y un pedófilo trans en una prisión femenina.

El secretario de Justicia escocés, Keith Brown, anunció que los traslados de presidiarios trans a cárceles de mujeres quedan suspendidos hasta nueva orden. Tras la polémica suscitada por la entrada de un violador y un pedófilo en una prisión femenina, el ejecutivo de Nicola Sturgeon encargó un estudio que está realizando el Servicio Penitenciario Escocés. Varias personalidades, entre ellas J. K. Rowling, habían mostrado su desacuerdo y señalado que la medida del gobierno suponía un "castigo cruel y degradante" para las presidiarias.

"Entiendo que la cuestión de una mujer trans condenada por delitos de violencia o sexuales es un tema muy sensible y que es comprensible que haya preocupación pública", ha declarado Brown, según recoge el diario 'The Scotsman. Se trata del segundo volantazo del ejecutivo escocés desde que la ministra principal señalara que "no debemos permitir que se insinúe que las mujeres trans en sí mismas suponen una amenaza para las mujeres".

Cambio de rumbo del ejecutivo de Sturgeon

A pesar de que en un primer momento desde el gobierno se subrayaba que no intervendría para evitar que el doble violador Adam Graham -o Isla Bryson, como se hace llamar tras anunciar que se autopercibe mujer-, ingresase en una cárcel para mujeres. De hecho, Graham llegó a entrar en Cornton Vale, una cárcel femenina, aunque, dada su peligrosidad -y la polémica generada- se le mantuvo en una unidad segregada. No obstante, la propia Sturgeon anunció poco después que "este preso no va a ser encarcelado en Cornton Vale, ni a corto ni a largo plazo".

El de Bryson no era el único caso caliente para la Justicia escocesa relacionado con cárceles de mujeres y condenados trans. También colea la situación de Andrew Burns, que acosó a una niña de 13 años solicitó el traslado a una cárcel de mujeres tras cambiarse el nombre a Tiffany Scott. Según The Daily Record, su solicitud fue finalmente aprobada tras haber sido rechazada en primera instancia. Sin embargo, el secretario de Justicia lo desmintió en una entrevista con BBC Radio Scotland en pasado lunes, además de insistir en que, hasta donde él tiene conocimiento, ninguna de las cinco mujeres trans que están actualmente en el cárceles femeninas tiene antecedentes de violencia contra las mujeres.

J. K. Rowling, entre los famosos críticos

J. K. Rowling denunció en Twitter el "castigo cruel y degradante" que sufren las mujeres que cumplen condena junto a presidiarios trans. La escritora compartió una noticia en la que una exconvicta narraba el terror que vívía en su día a día en una prisión femenina en la que se encontraban trans acusados de violencia doméstica y asesinato.  Las reclusas eran obligadas a compartir las zonas de ducha y celdas con ellos.

Trans sin ningún esfuerzo por parecer mujeres

Amanda Benson, madre de cuatro hijos y que cumplió condena por agresión, explicó a Daily Record el "terror" que sienten las mujeres al ser obligadas a ducharse o a compartir celdas sin supervisión de los funcionarios de prisiones con estos hombres. En su caso, ninguno de los dos presidiarios con los que compartió  tiempo en la cárcel, "parecía ser mujer. Vestían como hombres, no llevaban maquillaje, que yo sepa no tomaban ningún medicamento hormonal, sonaban como hombres".

Esto hacía las reclusas tuvieran que estar "en alerta permanente, con los nervios de punta". Benson acusó a la Justicia escocesa de estar "sirviendo mujeres a los depredadores en bandeja de arco iris" en las cárceles del país. "Es absolutamente indignante, malvado incluso, que nos pusieran en la situación de tener que vivir con el miedo de ser atacados sexualmente todos los días". Como ejemplo gráfico de lo que dice, explicó que, en la ducha, apenas una tenue cortina separaba a las mujeres de estos "hombres violentos".

Un violador trans en una cárcel de mujeres

No se trata de un miedo exagerado. Adam Graham fue condenado por violar a dos mujeres. En 2019 indicó que se autopercibía como mujer, y cambió su nombre por Isla Bryson. El preso pasó la prisión preventiva en una cárcel de mujeres. Ante el escándalo que supuso, fue finalmente enviado a una cárcel para hombres, aunque la polémica sobre dónde debería cumplir su condena sigue en pie. Una polémica en la que también entró la autora de Harry Potter, denunciando el diferente criterio que el Gobierno de Sturgeon había seguido respecto a Bryson y otro presidiario trans que intentó violar a una niña de 10 años en un baño de mujeres y que iba a seguir cumpliendo su pena en una cárcel de mujeres, antes de la rectificación oficial del ejecutivo escocés.

Sin ir más lejos, la publicación de Rowling generó una gran actividad en la red de personas que la aplaudían y de quienes la acusaban, de nuevo de transfobia. La misma escritora contestó a algunos usuarios que le echaban en cara que se quejara cuando "no pasó nada" o que todo era "un problema de ella (Benson)".