El conservador Merz, elegido jefe de gobierno en Alemania en segunda votación del Parlamento
Por primera vez en la historia del actual sistema político alemán se ha necesitado una segunda votación para elegir al canciller, lo que podría ser una señal de flaqueza en el futuro Gobierno.

Friedrich Merz (CDU, centro), presidente del partido y canciller
El conservador Friedrich Merz fue elegido penosamente Canciller alemán el martes por los diputados, teniendo que pasar por dos rondas de votaciones, señal de las dificultades que le esperan en el poder en un momento crucial para su país.
En un escenario sin precedentes en Alemania, fue necesaria una segunda ronda de votaciones en el Bundestag para que el presidente del partido democristiano (CDU) fuera elegido finalmente jefe del Gobierno por los pelos.
Merz, de 69 años, que ganó con dificultades unas elecciones parlamentarias anticipadas a finales de febrero, obtuvo 325 votos de un total de 630 diputados en una segunda votación celebrada por la tarde y necesaria por el fracaso de la primera vuelta de la mañana, que causó estupor.
Aunque la elección de Friedrich Merz por votación secreta parecía una mera formalidad tras la conclusión de un acuerdo de coalición mayoritaria con los socialdemócratas del Canciller saliente Olaf Scholz, en un principio no alcanzó el umbral necesario.
Nunca antes en la historia de la Alemania de posguerra un candidato a canciller había corrido semejante suerte. En el sistema parlamentario alemán, son los diputados quienes eligen al Jefe de Gobierno.
Un Gobierno que comienza con un traspié
A causa de este obstáculo en la primera votación, Friedrich Merz iniciará su mandato de cuatro años ligeramente debilitado, a pesar de que debía aportar estabilidad tras la crisis política nacional desencadenada por la caída del Gobierno Scholz en noviembre. Este revés socava de inmediato sus promesas de reactivar el país, sumido en una crisis económica, y Europa.
Ya impopular entre la opinión pública, está siendo cuestionado dentro de sus propias filas conservadoras por dar marcha atrás en una promesa electoral: recientemente relajó las muy estrictas normas de gasto presupuestario del país.
El Canciller lo hizo para poder financiar un vasto programa de rearme del país, frente a la amenaza rusa y la retirada militar estadounidense del continente europeo, y de modernización del país por valor de varios cientos de miles de millones de euros.