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El principal opositor en Rumanía dice que “Europa es ahora una dictadura” luego de que la autoridad electoral rechazara su candidatura

La Oficina Electoral Central de Rumanía rechazó la candidatura del líder Călin Georgescu cuando lideraba todas las encuestas.

Un partidario del candidato presidencial Călin Georgescu sostiene la bandera rumana.

Un partidario del candidato presidencial Călin Georgescu sostiene la bandera rumana.AFP

Agustina Blanco
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La Oficina Electoral Central de Rumanía (BEC) ha rechazado este domingo la candidatura del líder soberanista Călin Georgescu a las elecciones presidenciales previstas para mayo, en un fallo que ha desatado una ola de controversia y protestas en el país. 

La decisión, aprobada por una mayoría de diez votos contra cuatro, llega en un momento en que Georgescu lideraba las encuestas de intención de voto, lo que ha intensificado las acusaciones de manipulación política y ha llevado al candidato a declarar que “Europa es ahora una dictadura”. 

El candidato utilizó su cuenta de X y señaló: ¡Un golpe directo al corazón de la democracia en todo el mundo! ¡Me queda un mensaje! Si la democracia en Rumanía cae, ¡todo el mundo democrático caerá! Esto es sólo el principio. ¡Es así de simple!

Europa es ahora una dictadura, ¡Rumanía está bajo la tiranía!

Según fuentes citadas por el medio rumano G4Media, el rechazo de la candidatura se fundamenta en “irregularidades tanto de forma como de fondo” detectadas en la documentación presentada por Georgescu. 

Un punto clave en la decisión fue su declaración patrimonial, que mostró discrepancias respecto a la presentada en los comicios de noviembre de 2024, cuya primera vuelta fue anulada por el Tribunal Constitucional debido a sospechas de injerencia rusa. Sin embargo, no se han aportado indicios concretos de actos delictivos que justifiquen la exclusión del candidato, lo que ha alimentado las críticas sobre la legitimidad del proceso.

Reacciones sobre el fallo

George Simion, presidente del partido soberanista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), calificó la decisión como un “nuevo abuso” y la enmarcó como parte de “un golpe de Estado iniciado el 6 de diciembre”, en referencia a la anulación de las elecciones anteriores. 

Además exigió la dimisión del primer ministro Marcel Ciolacu y denunció lo que considera una deriva autoritaria del gobierno rumano. En la misma línea, Anamaria Gavrilă, del Partido de los Oprimidos por el Trabajo (POT), afirmó que “estamos en una dictadura” y defendió que la documentación de Georgescu cumplía con todos los requisitos legales, sugiriendo que el veto responde a motivaciones políticas más que técnicas.

La controversia se agudiza al contrastar el trato recibido por Georgescu con el de otros candidatos. En la misma sesión, el BEC analizó la candidatura de Nicușor Dan, presentada el mismo día, y la aprobó sin objeciones. Esta disparidad ha incrementado las sospechas de que la decisión contra Georgescu podría estar influida por su ideología soberanista y su discurso crítico con la Unión Europea y la OTAN, posiciones que lo han convertido en una figura polarizadora en el panorama político rumano.

El rechazo de su candidatura se produce en un contexto de tensión política tras los eventos de finales de 2024, cuando Georgescu ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales con un 22,9% de los votos. Aquel resultado fue anulado por el Tribunal Constitucional ante evidencias de “ataques híbridos rusos”, según informes de inteligencia desclasificados, que señalaban una campaña masiva en redes sociales, particularmente en TikTok, a favor del candidato.

Las protestas de este domingo reflejan el creciente descontento de un sector de la población rumana que ve en Georgescu una alternativa al establishment político tradicional, acusado de corrupción e ineficacia.

Elon Musk, por su parte, calificó el veto como “una locura”.

Mientras tanto, Rumanía se encuentra en un momento crítico, con una democracia cuestionada y un clima de polarización que amenaza con escalar si las tensiones no se resuelven. 

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