Los vientos y nuevos fuegos en San Diego vuelven a complicar la extinción de los incendios de Los Ángeles
Las autoridades subieron el número de muertos al menos a 28 y a más de 15.000 las estructuras destruidas. Los meteorólogos anuncian lluvias para el sábado que podrían aliviar la situación.

Imagen de los fuegos iniciados en San Diego
Los devastadores incendios que asolan Los Ángeles continúan sin dar tregua y ya son al menos 28 los muertos y más de 15.000 las estructuras destruidas como consecuencia de los fuegos. Los vientos continúan dificultando las labores de extinción, mientras que se iniciaron nuevos focos al norte del condado de San Diego durante el lunes. La buena noticia es que los meteorólogos anunciaron lluvias a partir del sábado que podrían aliviar la desesperada situación.
Los nuevos fuegos se suman a los dos más devastadores, que siguen sin ser controlados totalmente semanas después de su inicio y dejan un desolador balance de daños personales y materiales. Según las cifras oficiales, el incendio de Palisades ya suma más de 23.700 acres arrasados, con 11 muertos, 6.380 estructuras destruidas y otras 857 dañadas y se encuentra controlado apenas al 65%.
El segundo en tamaño, pero líder en destrucción, el declarado en Eaton, superó los 14.000 acres asolados, con 17 víctimas mortales, 9.418 estructuras destruidas y otras 1.071 afectadas. En este caso, las autoridades consideran que está controlado al 89%.
La bandera roja se prolonga hasta el jueves por los vientos
A pesar de que lo peor de los vientos de Santa Ana parece haber pasado, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés). No obstante, la agencia prolongó la bandera roja hasta al menos el jueves debido a la previsión de que vuelvan a aumentar de fuerza los vientos racheados el miércoles y alcanzarán su punto álgido el jueves por la mañana.
A esto se suma que los niveles de humedad seguirán siendo extremadamente bajos -por debajo del 10%-, lo que creará una fuente de combustible seco que potenciaría el riesgo de alimentar los incendios en curso o iniciar nuevos fuegos.
Un problema que podría verse aliviado a partir del sábado, día en el que el NWS prevé las primeras lluvias en meses en el Estado Dorado. Aunque se espera "se espera menos de un tercio de pulgada de lluvia", los meteorólogos aseguran que servirá para aliviar la situación y apuntan que podría ser el inicio de un cambio en el tiempo, aunque, Alex Tardy, del NWS, "esto no pondrá fin a la temporada de incendios".
La lluvia, ¿alivio o nuevo peligro?
Algo que, paradójicamente, puede añadir otros riesgos a la ya de por sí dramática situación actual. Como explicó la concejal Traci Park, cuyo distrito incluye Palisades, a Los Ángeles Times, mucha lluvia podría desencadenar flujos de lodo y deslizamientos de tierra dentro de las cicatrices de las quemaduras.
"Normalmente rezo para que llueva. Dios sabe que, en general, la necesitamos. La cicatriz quemada del incendio de Palisades no sólo se encuentra a metros del propio océano, sino en laderas que ya son propensas a deslizamientos y que ya han absorbido una enorme cantidad de agua de los bomberos, tuberías rotas y charcos derretidos. Añadir agua a este desastre (...) es lo último que necesitamos".