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Trump y Vance, emboscados por la obispa episcopaliana de Washington que pide “piedad” para los niños trans en pleno Servicio Nacional de Oración

La conocida ministra woke Mariann Edgar Budde, de 65 años, recibió duras críticas por sus comentarios y el presidente le exigió disculpas tras el acto.

Donald Trump y JD Vance escuchan el sermón de la obispa episcopal Mariann Edgar BuddeCapturas de pantalla / C-SPAN

El presidente Donald Trump y el vicepresidente JD Vance fueron emboscados por la obispa episcopaliana woke de Washington que, en pleno sermón, durante el Servicio Nacional de Oración en honor a su investidura, pidió a los flamantes líderes del país que tengan piedad con los niños “trans”, “gays” y “lesbianas” y de los inmigrantes ilegales.

La obispa Mariann Edgar Budde, de 65 años, quien es la primera mujer en servir como líder espiritual de la Diócesis Episcopal de Washington, cuestionó al presidente Trump y al vicepresidente Vance, quienes asistieron al servicio de oración acompañados de sus esposas, la primera dama Melania Trump y la segunda dama Usha Vance.

Dirigiéndose directamente a Trump, que estaba sentado en el primer banco de la catedral, Budde dijo: “En nombre de nuestro Dios, le pido que tenga piedad de las personas de nuestro país que ahora tienen miedo”.

“Hay niños gays, lesbianas y transexuales en familias demócratas, republicanas e independientes. Algunos temen por sus vidas”, continuó Budde, que fue vista de manera inequívocamente incómoda por la mayoría de los presentes en el sermón, incluyendo Trump, Vance, Melania y Usha.

Luego, la obispa episcopal Budde instó al presidente a mostrar compasión con los inmigrantes ilegales, a los que Trump planea deportar como mecanismo para controlar la crisis migratoria.

“Puede que no sean ciudadanos ni tengan la documentación adecuada, pero la inmensa mayoría de los inmigrantes no son delincuentes”, dijo Budde.

Si bien Trump no hizo muecas y respetó el sermón de Budde mostrando un semblante serio, el presidente luego pareció criticar a la obispa, afirmando a la prensa que “no le había parecido un buen servicio. Podrían hacerlo mucho mejor”.

Budde fue muy cuestionada por sus palabras en sus redes sociales, con cientos de personas acusándola de haber infectado el sermón con ideología de género y reprochándole que perdió una gran oportunidad de promover la unificación nacional.

En el pasado, Budde ya había cuestionado públicamente al presidente Trump, durante los disturbios raciales del 2020.

En aquel momento, la obispa Budde escribió un artículo de opinión en The New York Times donde criticó a Trump por sostener en alto a la Biblia en la iglesia de San Juan, justo después de que algunos oficiales lanzaran gases lacrimógenos para controlar unas protestas en la plaza Lafayatte.

En ese momento, Budde dijo que estaba “indignada” y “horrorizada” con Trump. Un sentimiento que la controvertida obispa, de alguna manera, volvió a transmitir hoy durante su sermón. 

Trump exige disculpas a la obispa episcopaliana woke

Aunque en un primer momento Trump se limitó a señalar le no le había parecido un buen servicio, el presidente cargó posteriormente contra la obispa en Truth social, a quien acusó de ser una "odiadora de la izquierda radical" de su figura. El líder del Ejecutivo criticó tanto las formas como el contenido y la acusó de politizar el sermón "de manera muy poco cortés". El republicano terminó su publicación señalando que "aparte de sus declaraciones inapropiadas, el servicio fue muy aburrido y poco inspirador. ¡No es muy buena en su trabajo! Ella y su iglesia deben una disculpa al público".

​"La llamada obispa obispo que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una odiadora de Trump de la línea dura de la izquierda radical. Llevó a su iglesia al mundo de la política de una manera muy poco cortés. Su tono fue desagradable y no fue convincente ni inteligente. No mencionó el gran número de inmigrantes ilegales que entraron en nuestro país y mataron a gente. Muchos fueron sacados de cárceles e instituciones psiquiátricas. Es una gigantesca ola de crímenes la que se está produciendo en EEUU. Aparte de sus declaraciones inapropiadas, el servicio fue muy aburrido y poco inspirador. No es muy buena en su trabajo. Ella y su iglesia deben una disculpa al público."
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