El precio del petróleo aumentó un 5% sólo durante el pasado lunes. El barril de WTI alcanzó los 83,78 dólares, un 5,4% más. Por su parte, el Brent pasó a costar 89,21 dólares un 4,8% más caro. Estas subidas, previas a la reunión de la OPEP en Viena el miércoles 5, han llevado a la gasolina a nuevos récords en Los Angeles, donde el galón se compra a 6,466 dólares, por encima del máximo histórico que se alcanzó en junio (6,462).
El encuentro, en persona, de los miembros de la OPEP, algo que no sucedía desde 2020, ha desatado las alarmas. Dan Pickering, de Pickering Energy Partners, indicó a la CNBC que la "OPEP+ no se va a reunir en Austria por primera vez en años "para no hacer nada, Así que va a haber un recorte de algún tipo histórico".
Expertos auguran el barril por encima de los 100 dólares
La mayoría de los expertos augura un descenso en la producción de entre un millón y un millón y medio de barriles al día. No obstante, Pickering cree que la reducción no será tan dramática, y cree que se quedará en 500.000 barriles. Para el analista, esta cantidad sería "suficiente para sostener el mercado a corto plazo" y para llevar el precio del barril por encima de los 100 dólares.
Mientras llega, los efectos ya se están haciendo notar, al dar por seguro el recorte los mercados y subir el precio. En Los Angeles, donde el coste de la gasolina continuó subiendo mientras bajaba en el resto del país, se alcanzó un nuevo máximo el pasado lunes. Tras encadenar 31 días seguidos de ascensos, el coste por galón alcanzó los 6,466 dólares por galón, frente a los 6,462 a los que llegó el 14 de junio.
Newsom permitirá una mezcla más barata... y más contaminante
Los californianos ya pagaban tradicionalmente el precio más alto de la gasolina debido a la normativa medioambiental del gobernador, el demócrata Gavin Newsom. Los impuestos y las limitaciones impuestas a las gasolineras -que incluye la reducción de su número- están creando un considerable sobrecoste a la población.
Ante la situación, Newsom anunció que adelantará el permiso a las gasolineras para que puedan servir una "mezcla de invierno", considerablemente más barata pero que excederá las emisiones permitidas en el estado.
