El FBI ofreció un millón al espía Steele por corroborar las acusaciones contra Trump

El juicio contra Danchenko arranca con revelaciones sobre el llamado 'Dossier Steele' e intentos de exculpar la actuación de la agencia federal.

Un analista del FBI reveló que la agencia ofreció "hasta un millón de dólares" al espía británico retirado Christopher Steele para que probara las acusaciones de su dossier sobre Donald Trump.

La oferta se realizó  durante una reunión en el extranjero en octubre de 2016, poco antes de las elecciones presidenciales que ganó Trump, entre Steele y varios altos funcionarios del FBI que intentaban corroborar las afirmaciones de Steele de que la campaña electoral de Trump estaba pactada con Rusia.

Según la declaración del analista supervisor del FBI Brian Auten, Steele nunca recibió el dinero porque no pudo probar su acusación contra el expresidente.

La revelación de Auten puso en evidencia que el FBI no tenía suficientes pruebas sólidas para vincular la campaña de Trump con Rusia. De este modo, la agencia federal habría utilizado información no corroborada para avanzar en su investigación.

Juicio contra Igor Danchenko

La oferta se dio a conocer este martes en la primera sesión del juicio contra Igor Danchenko, una fuente principal del Dossier Steele. Danchenko está siendo procesado por el abogado especial John Durham y se enfrenta a cinco cargos por mentir al FBI.

Durante el juicio, el abogado especial John Durham presentó al FBI como una víctima de Danchenko. Los fiscales presentaron al analista ruso como una "fuente crítica" que mintió a los funcionarios de la agencia, según recoge The Washington Times citando las palabras del fiscal Michael Keilty a los miembros del jurado en una sala del tribunal federal en Alexandria, Virginia.

El dossier Steele provocó que el FBI tuviera una conducta preocupante. Las mentiras del acusado jugaron un papel en esa conducta.

Danchenko proporcionó información que se incluyó en el dossier de acusaciones no verificadas contra Trump. Un expediente que fue pagado por el Comité Nacional Demócrata y la campaña de Hillary Clinton.