"Ecuadéxico": la violencia por la droga arrastra a Ecuador por el camino de México

El país andino pasó de ser un punto de tránsito a producir y refinar su propia mercancía ilícita para vender en Estados Unidos y Europa.

Hallan tres cabezas, una de adolescente, dentro de bolsas negras en plena calle. Un guardia de seguridad acude a la Policía con explosivos encintados al abdomen, porque, supuestamente, el dueño de la joyería donde trabajaba se había negado a pagar una coima. Dos sicarios asesinan a un candidato a la alcaldía la noche anterior a las elecciones.

No son escenas de Narcos, la serie de Netflix que teatraliza la historia del traficante colombiano Pablo Escobar. Tampoco de Narcos: México, la secuela que narra el tráfico ilegal de droga en el país de América del Norte. Son de Ecuador, en lo que va de 2023.

Más conocido por su biodiversidad, su exportación de frutas -sobre todo bananas- y sus sombreros de Panamá (originarios de Ecuador, no de Panamá), la violencia se ha vuelto estos últimos años en parte de la vida cotidiana de los ecuatorianos.

Tanto, que el Gobierno autorizó a los civiles a portar armas de fuego y aerosoles para su defensa personal. La medida, anunciada por el presidente Guillermo Lasso, permite también que los empleados de seguridad privada asistan a las fuerzas públicas en las tareas de vigilancia. El aumento de las masacres incluso llevó a la renuncia del secretario de Seguridad, Diego Ordóñez, después de que una treintena de hombres armados dispararan contra comerciantes y pescadores en el puerto de la ciudad de Esmeraldas.

Registro histórico de homicidios

El año pasado fue especialmente sangriento para Ecuador: la tasa de homicidios creció un 82,5% de 2021 a 2022, según un análisis de la web especializada Primicias. Este sería el dato más alto de su historia y lo convertiría en el país donde más aumentó la violencia en toda la región.

Cuadro de International Crisis Group que muestra el crecimiento de los homicidios en Ecuador.
(International Crisis Group)

La Casa Blanca incluye a Ecuador en la lista que elabora anualmente con los "principales países de tránsito de drogas o de producción de drogas ilícitas". En dicho documento se señala que el tráfico de drogas resultó en más de cien mil muertos por adicción y sobredosis en Estados Unidos a lo largo de 2021. Esta es también una de las principales preocupaciones de los norteamericanos en cuanto a la salud pública, según una reciente encuesta de Axios.

"Aunque Ecuador ha sido testigo de oleadas de asesinatos en el pasado, no tenía antecedentes significativos de actividades de guerrillas o carteles; es más, en los últimos años había sido considerado como uno de los países más seguros de América Latina", dice el informe La oleada de violencia del narcotráfico en Ecuador del grupo de análisis International Crisis Group.

El reporte de la organización independiente sostiene que detrás del crecimiento de las bandas criminales del narco en Ecuador están las organizaciones criminales asentadas en Colombia y México. Estas "subcontratan" parte de su cadena de suministro a grupos ecuatorianos:

Según un analista político con sede en Quito, los grupos criminales mexicanos negocian cargamentos de droga con grupos colombianos, tales como el Frente Oliver Sinisterra (el grupo disidente de las FARC detrás de los asesinatos de los periodistas en 2018) o la Columna Móvil Urías Rondón, que envía pasta de coca al sur hasta Ecuador. Los grupos criminales locales refinan la pasta en laboratorios y la envían en contenedores que transportan alimentos desde Guayaquil a EE. UU. y Europa.

Así, el país andino pasó de ser un país de tránsito -para lo que presenta condiciones idóneas como su amplia salida al mar y su frontera con países productores, Colombia y Perú- a producir, refinar, almacenar y distribuir su propia mercancía.

Paquetes con droga incautada por la Policía de Ecuador.
Paquetes de droga incautados por la Policía de Ecuador (@CmdtPoliciaEc / Twitter)

Hecho en Ecuador

El bullente negocio de la droga fomentó el crecimiento de grupos delictivos locales. Pasaron de ser "subcontratistas" de organizaciones extranjeras a "pandillas carcelarias y narcotraficantes que han crecido en sofisticación y tamaño en los últimos años", de acuerdo al análisis del think tank InSight Crime.

Los Choneros son, asegura InSight Crime, la banda más grande del país. Habría empezado como brazo armado de un cártel colombiano que dominaba la ruta de tráfico marítimo a América del Norte. Con el tiempo creció hasta ubicarse en varias ciudades y centros penitenciarios y pasar a ser "la pandilla carcelaria más formidable de Ecuador".

Otro grupo importante -y enemigo del anterior- es Lagartos. Los enfrentamientos entre ambos "han llegado a definir la violencia en Ecuador", aunque según el think tank su importancia puede haber decrecido los últimos años en favor de pandillas nuevas.

Estos grupos criminales también forman alianzas, como el Cartel Nueva Generación Ecuador, que reúne a Los Lobos, los Tiguerones y los Chone Killers.

Prisiones: reclutas, 'capos' y masacres

"Las cárceles en Ecuador a menudo están controladas por organizaciones delictivas", concluyó en un reporte Human Rights Watch de julio de 2022.

Muchos detenidos, incluso aquellos en prisión preventiva o condenados por delitos menores, son obligados a trabajar con organizaciones criminales para preservar su integridad física o acceder a artículos de primera necesidad, como colchones, ropa de cama e insumos de salud. 

Las prisiones también sirven como centro de operaciones. En palabras de Human Rights Watch:

Integrantes de bandas criminales que se encuentran detenidos, también habrían coordinado sus acciones delictivas con miembros de pandillas que se encuentran fuera de las prisiones.

Este fue el caso de Dritan Rexhepi, que desde su celda dirigía una banda criminal albanesa que llevó millones de euros de cocaína a Europa, de acuerdo con una investigación de la Red de Reportajes de Investigación sobre los Balcanes.

En las cárceles no solo se recluta y organiza, sino que también se asesina. Y cada vez más: si en 2018 hubo 15 asesinatos en las cárceles ecuatorianas, en 2021 el número escaló a 348. Estos números se desprenden de un análisis del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos que combina datos oficiales con reportes de la prensa.

En total, la organización no gubernamental registró 591 asesinatos de 2018 a 2022. También aumentaron los fallecidos en masacres acaecidas dentro de los centros penitenciarios: 25 en 2020, 312 en 2021 y (en bajada) 121 en 2022. Un saldo de 458 en tres años.