Dos de cada tres estadounidenses afirman que la inflación está devorando sus ahorros. A medida que los precios son más altos, cada dólar vale menos. Aquí todos pierden, pero según un informe elaborado por Penn Wharton la inflación afecta más a los ingresos medios y bajos que a los altos.
Es necesario parar la inflación, pero las medidas necesarias para hacerlo también pueden afectar a la economía familiar. El pasado 15 de junio, la Reserva Federal subió los tipos de interés en tres cuartos de punto, un 0,75%, hasta un rango del 1,5-1,75%. Es la mayor subida en una sola decisión desde 1994. Y la cosa no va a parar ahí. Estamos en plena fase de subidas: en marzo, la Fed subió los tipos 0,25 puntos, y en mayo otros 0,50.
El gobernador de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha declarado: “Estamos firmemente comprometidos a devolver la inflación a su objetivo del 2%”. Y la inflación alcanzó el 8,6% en mayo, la tasa más alta en 41 años.
Economía familiar
De modo que la cuestión es ahora otra: ¿cómo afectan las subidas de los tipos a la economía de una familia? El efecto más directo es sobre la vivienda. Unos tipos más altos hacen que se valoren menos los servicios más alejados del presente. Esto afecta a los bienes duraderos, como las viviendas, que valdrán menos con unos tipos altos.
Por otro lado, financiarlas va a ser mucho más costoso. Muchos propietarios de viviendas, que están en los primeros años del camino para serlo de pleno derecho, verán que pagar la hipoteca será cada vez más caro. Y a numerosas familias esa tenaza (hipotecas más caras sobre viviendas que valen menos) les llevará a la ruina.
Lo mismo se puede decir de los autos. Comprarlos a crédito será más caro. Las deudas personales y las generadas por tarjetas de crédito serán más difíciles de pagar.
Quienes tengan que sufragar el crédito con el que hayan pagado sus estudios también estarán preocupados. La inflación está pagando una parte de esos créditos, pero la escalada de los tipos de interés los puede encarecer, y si tiene éxito la inflación acabará reduciéndose.
Economía nacional
La inflación crea una falsa sensación de prosperidad. Cortar con ella implica reconocer la realidad y paralizar algunas de las inversiones que parecían buenas cuando los tipos de interés eran altos. Los tipos altos hacen que la demanda sea menor. Por eso contribuyen a controlar la inflación, porque retraen la demanda. Los datos de producción y empleo no hacen pensar en una recesión, pero la subida de tipos sí.
Los modelos económicos creados por Bloomberg apuntan a un riesgo de recesión del 72% en 2024, el año de las elecciones presidenciales. El economista jefe de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, ha declarado al Wall Street Journal: “Va ser muy difícil evitar alguna forma de recesión”.
La inflación hace que las criptomonedas sean más atractivas, pues han demostrado capacidad de funcionar como depósito de valor. Pero los mayores intereses hacen que otros activos refugio sean más interesantes. Los bonos otorgan rentabilidad, una rentabilidad creciente. Mientras, los vaivenes de la cotización de las criptomonedas pueden pillar al ahorrador con el pie cambiado.
