Colombia: Luis Alfredo Garavito, violador y asesino de más de 100 niños, padece un cáncer terminal

En un primer momento el criminal fue condenado a más de 1.800 años en prisión, pero rebajaron su sentencia a 40 años.

Luis Alfredo Garavito, el mayor violador y asesino de niños de la historia de Colombia, tiene leucemia y cáncer ocular. Unas imágenes que se viralizaron recientemente en las redes sociales evidencian el mal estado en el que se encuentra el criminal.

Un periodista que solía entrevistar a Garavito para sus libros tomó fotografías que evidencian su enorme deterioro de salud tras habérsele diagnosticado un cáncer en la sangre que terminó por afectarle también el ojo izquierdo. Ahora se puede ver al violador, conocido como La Bestia, con un peso mucho más bajo del habitual y un ojo casi completamente cerrado.

El hombre que alguna vez llegó a disfrazarse de sacerdote, anciano, vendedor ambulante y hasta de indigente para atraer a niños y jóvenes con la intención de abusar de ellos y asesinarlos ha perdido fuerzas y aparentemente ya ni siquiera hace el esfuerzo por sobrevivir.

De acuerdo al diario El Mundo, desde hace tiempo Garavito está solo en el ala de un pabellón de la cárcel de Tramacúa y no sale ni para tratarse sus problemas de salud. Según el referido medio español, el depredador no soporta que otros internos o pacientes le griten improperios cuando se dan cuenta de quién es.

El terror de Colombia

Garavito se convirtió en el terror de Colombia por la forma en la que atraía, violaba y mataba a sus víctimas. El criminal logró pasar por 13 departamentos del país durante siete años antes de ser capturado por abusar a un menor de edad.

Más adelante las autoridades lograron relacionarlo con otros crímenes y, aunque Garavito intentó negarlo, los restos de ADN en los cadáveres y otras pruebas en su contra demostraron que fue el autor de casi 140 crímenes, aunque más adelante él mismo reconoció otros 32.

Garavito fue condenado en el año 2001 a 1.853 años y 9 días de prisión, pero su condena fue rebajada a solo cuatro décadas por considerar que la sentencia anterior no era viable.