Benjamín Netanyahu asumió el poder en Israel: sus objetivos y desafíos como primer ministro

Con 63 votos a favor y 54 en contra, el Parlamento votó a favor del nuevo Gobierno, presidido por el líder del Likud.

Tras conformar una mayoría parlamentaria junto a aliados nacionalistas y ultraortodoxos, Benjamín Netanyahu asumió el poder en Israel. Este jueves, la Knéset (Parlamento) votó a favor del nuevo Gobierno con 63 votos a favor y 54 en contra, habilitando la toma de posesión.

El pasado miércoles 21, el líder del Likud, luego de más de un año como opositor, consiguió conformar una coalición mayoritaria. De este modo, se aseguró la vuelta al poder, ejerciendo como primer ministro por sexta vez en su carrera política.

En su discurso ante el pleno, Netanyahu, de 73 años, aseguró que "el nuevo Gobierno está decidido a devolver la tranquilidad y la seguridad personal a los ciudadanos de Israel". Y añadió que uno de sus principales objetivos es "terminar con el conflicto árabe-israelí", además de desarrollar la capacidad militar del país y frustrar el programa nuclear de Irán.

Los desafíos de Netanyahu

A pesar de ser la cabeza del Gobierno, el nuevo primer ministro deberá lidiar con los otros partidos de su coalición, que ya demostraron que están decididos a imponer su programa. Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, nacionalistas de línea dura, son dos de las figuras que buscarán conseguir sus objetivos en la toma de decisiones.

El nuevo Gobierno, que ya dejó en claro que "el pueblo judío tiene derechos exclusivos e indiscutibles" sobre el Estado de Israel, adelantó que continuará con la construcción de asentamientos en territorios reclamados por los palestinos. Además, planea recortar el alcance del Poder Judicial.

En las elecciones del pasado 1 de noviembre, el Likud consiguió 32 escaños en el Parlamento, número insuficiente de bancas para ser mayoría (por lo menos se requieren 61 de 120) y hacerse con el Poder Ejecutivo. De este modo, Netanyahu debió salir en busca de alianzas que lo llevaron a juntarse con dos partidos ultraortodoxos y tres de la derecha nacionalista.