19 fiscales investigan a seis bancos por atentar contra la prosperidad de América

Los fiscales generales de 19 estados han anunciado que realizarán una investigación de seis grandes bancos que asumen la política ESG de inversiones Alianza Bancaria Cero Neto (NZBA), impulsada desde Naciones Unidas.

La Alianza Financiera de Glasgow para las Cero Emisiones Netas (GFANZ por sus siglas en inglés) “trabajará para movilizar los billones de dólares necesarios para construir una economía global de cero emisiones”, según explica Naciones Unidas.

Ese objetivo se concreta en el plan NZBA, que “une a una cohorte inicial de 43 de los principales bancos del mundo, y tiene el objetivo de cumplir la ambición del sector bancario de alinear sus compromisos climáticos con los objetivos del Acuerdo de París” de cero emisiones en 2050. Seis bancos americanos forman parte de esa alianza: Bank of America, Wells Fargo, JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Citigroup y Morgan Stanley

"Tienen que rendir cuentas a las leyes estadounidenses"

Los fiscales entienden que la búsqueda de tales objetivos pone en riesgo el bienestar y la prosperidad de los ciudadanos. Así, según el fiscal general de Missouri, Eric Schmitt, ha declarado al diario The Daily Wire que 

La Alianza Bancaria Net-Zero es un acuerdo enorme a nivel mundial de las principales instituciones bancarias, supervisado por la ONU, para privar de crédito en los mercados nacionales e internacionales a las empresas que realizan actividades relacionadas con los combustibles fósiles. Estamos liderando una coalición que investiga a los bancos por haber cedido la autoridad a la ONU, lo que sólo provocará la muerte de las empresas estadounidenses que no se adhieran a la agenda climática woke. Estos bancos tienen que rendir cuentas a las leyes estadounidenses, no dejamos que los organismos internacionales establezcan las normas para nuestras empresas.

Por otro lado, Will Hild, que es director de Consumer’s Research, ha declarado al mismo medio:

Los Estados están exigiendo responsabilidades a los grandes bancos por violaciones evidentes y por vender iniciativas climáticas muy cuestionables bajo la etiqueta de ESG, todo ello como parte de un esfuerzo coordinado para perjudicar a la energía estadounidense a expensas de los consumidores. No se puede permitir que estos bancos continúen promoviendo una agenda progresista que prioriza el activismo político sobre el cumplimiento de sus trabajadores clientes estadounidenses.

Este esfuerzo de varios estados por proteger a los ciudadanos de las políticas que se deciden en el seno de Naciones Unidas y que imponen una agenda woke (lo que se conoce como ESG) ya se ha visto en anteriores ocasiones. El estado de Missouri desinvirtió recientemente en Black Rock el capital que tenía allí procedente del fondo de pensiones de los trabajadores del estado. Black Rock es una de las empresas señeras del movimiento ESG.